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Después de ese incidente, Sana le preguntó a Jihyo si quería ir a pasar el día con ella, aunque no hicieran prácticamente nada. no iba a permitir que se quedara sola en casa después de lo ocurrido.

Jihyo, como era de esperar, aceptó. En esos momentos la rubia era un caos mental con piernas. Quería protegerla de todo lo negativo y que Daniel no se volviera a acercar a ella, solo quería meterla en una cajita de cristal y que nadie le hiciera nada malo, pero no podía hacer eso. Solo podía limitarse a ser una buena amiga y consolarla toda la tarde. ¿Gracioso verdad? consolar a la persona de la que estas enamorada porque otra persona le rompió el corazón, es lo que se lleva ahora.

-Jihyo, tenés que comer algo. No podes dejar que un imbécil te quite hasta el hambre de este platazo. -dijo Sana mirándola, le había preparado fideos con tuco, justo la comida que más le gustaba a Jihyo. La castaña siguió mirando el plato sin meter nada a su boca, así que Sana entró en acción. -No quería recurrir a esto pero vos lo quisiste. -Sujetó la cuchara de Jihyo, agarró un poco de fideos y lo apuntó hacia ella. -¡Abrí la boca que viene el avión!.

Ese acto hizo que Jihyo riera un poco y eso hizo muy feliz a Sana.

La menor comió lo que había en su cuchara.

-¡Oootro avión! A ver, di aaa para que pueda aterrizar. -Jihyo abrió la boca y Sana le volvió a introducir la cuchara.

Menos mal que tengo a esta idiota en mi vida, pensó Jihyo.

La castaña acabó comiéndose la mitad del plato de su comida y Sana agradeció al mundo ser una payasa porque para estas cosas le servía.

Ambas adolescentes recogieron sus platos y subieron a la habitación de la mayor. Tenía una pieza muy cómoda. Era tipo minimalista, las paredes eran blancas y lisas. Luego, en otra de las paredes, tenía una cartelera con muchas fotos pinchadas, la mayoría con Jihyo. Al contrario de su amiga, su habitación era de un rosa claro, con un montón de peluches y adornos de luces.

Jihyo, a diferencia de la cartelera de Sana, tenía encima de la mesita de luz, un cuadro con una foto de ellas juntas. Una vez Daniel fue a su casa y se puso celoso porque tenía ese cuadro al lado de la cama, esa foto era lo último que veía antes de irse a dormir en vez de una foto con él. Intento consolarlo pero Jihyo sabia que no la quitaría jamás.

Jihyo se acomodo en la cama de Sana apoyando su espalda contra el espaldar, mientras su contraria se colocó en la silla de su habitación. La rubia miró a Jihyo, se notaba que estaba pensativa.

-¿Le seguís dando vueltas? -preguntó Sana

-Me escribió como 37 mensajes y tengo 20 llamadas perdidas suyas. -Jihyo dijo todo eso mirando a la nada, como aquella vez en su cuarto. No sabía que pensar, que decir, nada. Simplemente dijo el dato y ya está.

-Ese hijo de puta no se cansa. Le dije que te deje en paz y no lo hace. Te juro que lo mato. -Sana volvió a apretar sus puños y se levantó de la silla.

-Dice que era una apuesta, si no la hacía tenía que mandar nudes suyas a todo el instituto.

-Además de imbécil, también es malísimo mintiendo. -Sana estaba cada vez más enojada. Y el colmo fue ver como Jihyo no decía nada. Sana freno y dejo de caminar por la habitación. Se giró para mirarla. -¿Te lo vas a creer? -preguntó Sana poniéndose frente a la cama. No podía creer lo que estaba viendo. -Jihyo, no te vas a creer semejante mierda.

-Y.. ¿Y si es verdad y él me quiere? ¿y si es un malentendido todo?. -soltó Jihyo mirando a Sana, haciendo que ésta última se diera la vuelta y colocara sus manos sobre su cabeza en señal de desesperación.

Friends - SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora