Capítulo 7: La Isla Oulam

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Todos nos encontrábamos en la arena, era simplemente impresionante, mis ojos nunca habían visto semejante belleza.

-. ¿Qué te parece hijo? -. Preguntó mi padre mientras pasaba su brazo sobre mis hombros.

-. Es muy bonito. -. Contesté.

-. Pero no más que tu madre. -. Dijo para seguidamente guiñarle un ojo y reírse un poco.

Los cuatro nos adentramos a los árboles. Se veía que era un lugar muy interesante.

-. ¿Por qué esta isla se llama así? -. Pregunté

-. Por el Dios Oulam -. Me respondió Kandra. Yo le mire confundido, pareció comprender y continúo diciendo.

-. Oulam es el Dios de la vida marina y de las islas. Se supone que en esta isla hay rarezas, porque lleva el nombre de él. -.

-. ¿Usted cree en eso? -. Pregunté.

-. Sí, por algo los seguí-.

Pasaban los minutos y nosotros no dejábamos de caminar, no habíamos notado ninguna peculiaridad, por eso, estábamos más tranquilos.

Toda tranquilidad se esfumo al momento de que un sonido se hiciera presente, automáticamente todos giramos para ver como algunas hojas se movían, definitivamente había algo ahí. Kandra saco la espada que iba sujeta a su cinturón, su brazo estaba frente mío, indicándome que me quedará atrás. Grande fue nuestra sorpresa cuando una tortuga salió de ahí, todos soltamos un suspiro.

-. Vaya, que susto. -. Dijo mi madre.

Continuamos con nuestro recorrido, yo me dedicaba a mirar los alrededores, estábamos rodeados por arena, arboles, palmeras, arbustos y hojas enormes.

-. El vestido de tu mamá es lindo, el color naranja combina bien con el corsé café. -. Dijo Kandra.

-. Lo sé, a usted también le queda bien la blusa junto con el pantalón -.

-. Gracias Tom, yo creo que el pantalón blanco y la blusa rosa quedan muy bien, ¿No crees? -. Yo solo asentí ante su pregunta.

-. Mira esto Tom, es una araña verde. -. Dijo Kandra, estiro su mano para tomarla.

-. ¡Kandra, no la toques! -. Se escucho a mi mamá gritar, Kandra y yo dimos un pequeño salto por el grito.

Se acerco y empezó a caminar con nosotros.

-. No se alejen de mí. -. Dijo seria.

-. Tengo treinta y uno, puedo cuidarme sola. -. Menciono Kandra riéndose un poco.

-. Aún así, no te alejes de mi campo de visión. -.

-. ¿Cómo es posible que existan arañas verdes? Nunca en mi vida había visto una. -. Dijo Kandra.

-. ¿Una qué? -. Pregunto mi papá uniéndose a la conversación.

-. Araña verde, estaba como más grande que mi mano. -. Dijo ella.

-. Genial, al parecer es una peculiaridad, entonces... aquí en esta isla varía el color de unas especies, bueno, no solo el color, también el tamaño. -. Dijo mi padre.

Continuábamos ya cansados, pero eso no nos detenía. Hasta que por fin llegamos a donde mi padre quería investigar un poco. El lugar era interesante, parecía casi el centro de la isla. Estaba despejado, era como un círculo, en el centro había un dibujo algo raro.

-. Eh, oigan, hay tres caminos, ¿A dónde irán? -. Pregunto Kandra.

-. ¿Deberíamos tomar uno? -. Pregunte yo.

Todos nos volteamos a ver, creo que deberíamos investigar un poco, después, retomar nuestro camino a la Isla Medialuna.

"Nosotros somos personas arriesgadas y este viaje es arriesgado, así que, hacemos una buena combinación".

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El deseo de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora