Capítulo 4: Emprendiendo el viaje

8 0 0
                                    

El viento golpeaba mi rostro, me había tomado el tiempo de recordar las buenas cosas de estar aquí y de volver a emocionarme del porque me iba.

-Iba a una buena escuela, entramos a periodo de descanso, por tal motivo no podría ver a mi mejor amiga, ¡ni siquiera le había contado que me iría!

Ella se encontraba fuera de Atlanam, mi país, había ido a Gallanthana, fue con su madre a investigar algunos fenómenos.

-. Vamos hijo, desayunaremos, faltan dos horas para irnos-. Mi madre sonrió para después adentrarse a la casa.

La seguí, mi padre ya se encontraba en la mesa. Solo veía caras sonrientes.

-. ¿Están emocionados? -. Preguntó mi padre

-. Claro que sí-. Dijo mi madre

-. ¿Qué hay de ti Tom? -. Mi padre volvió a preguntar

-. ¿Qué puedo decir? Creo que no hay palabras para describir lo emocionado que estoy -.

Mi padre solo asintió sonriendo.

________

Ahora nos encontrábamos en el muelle, mi papá estaba hablando con aquella mujer misteriosa.

Ya todos estábamos dentro del barco, la soga que detenía al barco ya no estaba, era momento de irnos. Mi padre era el que navegaba, mi madre se encontraba sentada leyendo algo.

Mire el océano, esto era diferente a verlo de lejos y solo estar en la orilla pescando. Voltee hacia atrás, Aquar ya no se veía.

Mi madre había dejado de leer, estaba contemplado el alrededor, en un momento se giró a verme. Me acerqué a ella y le sonreí ampliamente.

-. ¿Esto es lo que siempre has deseado? -.

-. Así es mamá, desde que mi papá compartió su deseo conmigo-.

-. ¿Sientes que falta algo? -.

-. No, estoy con las personas correctas-.

-. Pensé que dirías que faltaba Nicté-. Después de que mi mamá la mencionará comenzó a soltar risas

-. Deja de reírte mamá, me hubiera gustado que estuviera aquí, pero ella tenía su propia aventura-.

Mi mamá me sonrío.

Toda tranquilidad se esfumo al sentir como el barco era golpeado. Mi madre y yo nos miramos, pude sentir su nerviosismo, es decir, ¿Quién no lo estaría?

Un nuevo golpe se hizo presente, esta vez sacudiéndonos.

-. ¡¿Qué sucede Matthew?! -. Pregunto mi madre exaltada

-. ¡No lo sé, ni siquiera hemos atravesado la parte peligrosa del mapa! -.

Veía a mi papá intentando ir hacia el otro lado para evitar cualquier cosa que estuviera golpeándonos. Pero era imposible, cada vez que lo intentaba, un golpe se hacía presente.

Mi madre ya estaba muy preocupada, podía notar como se le dificultaba respirar, la abracé y le acaricie la espalda mientras que le susurraba que todo estaría bien. Ella más tranquila se apartó y me soltó un "Gracias hijo".

Lo que había hecho preocupar a mi madre se hizo presente.

-. Deja veo que es-. Asomé mi cabeza a la orilla, vi como algo nadaba debajo el barco.

Corrí al otro lado para ver si podía ver algo más, lo que mis ojos vieron fue algo sorprendente y horrible de ver, pues una monstruosa serpiente surgió del agua. Quede paralizado por unos segundos.

¿Qué se supone que haríamos? No tenía ni idea de que pasaría después, ¿Esto era a lo que se refería la mujer del muelle?

-. ¡Quédense juntos! -. Mi mirada buscó de donde provenía aquella voz, era esa mujer.

Venía en un barco negro, las velas eran de un tono gris. Mi padre hizo caso a las indicaciones de ella y me jalo del brazo para estar junto a mi madre.

Pude ver como ella intentaba llamar la atención de aquella bestia, saco una espada que tenía un color oscuro en parte de la empuñadura, pero se iba degradando a un color celeste, la punta era más ancha, parecía dar una curva para después terminar por una doble punta, casi en espiral, en sí la empuñadura tenía una gema en el centro con unas plumas que sobresalían y la levanto, al final logro llamar su atención, la bestia parecía más enfadada al ver la espada. Fue directo a ella.

Mi padre quería ir a ayudar, no se sentía bien dejando que ella estuviera sola en eso. Él se levantó y fue por una pequeña espada que yacía en el piso, al tomarlo nos dedicó una mirada acompañada de una sonrisa.

-. ¡Matthew! -. Mi madre grito al ver como mi padre corría hacia las velas.

El subió al mástil encontrándose a la altura de esa serpiente, la mujer y el compartieron una mirada decidida. Vi como mi padre se lanzaba a la parte trasera de su cabeza. Con la espada apuñalo el cuello de la bestia, haciendo que soltara un horrible grito. Fue así como la mujer se lanzó hacia la boca, tomándose fuertemente de uno de los colmillos, con la extraña espada que cargaba, la apuñalo debajo de la mandíbula.

La serpiente volvió a gritar, pero era un grito más fuerte que el anterior. Sacudió su cabeza, logrando que mi papá y la mujer salieran disparados para después lanzarse hacia el barco de ella, rompiéndolo totalmente.

La bestia se sumergió completamente al mar, dando a entender que ya se había ido.

Mi madre y yo corrimos para saber dónde se encontraban ellos. Pude ver como mi padre nadaba hacia nuestro barco, el llevaba a esa mujer a su lado. Mi madre y yo los ayudamos a subir.

Mi padre se recostó intentando regular su respiración y mi madre trataba de hacer reaccionar a la mujer.

La mujer tosió mientras que se levantaba, miro a todos lados, se tocó el pecho y los brazos, y después soltó un suspiro.

-. Estamos vivos, nunca creí que miraría a "Sertenma" en persona-.

-. ¿La que...? -. Pregunto mi padre

-. La Sertenma forma parte de un mito, mi abuelo me conto sobre ella, tuvo un enfrentamiento con, aunque bueno, ahora saben que no es un mito... por cierto, me llamo Kandra-.

"No salió como lo esperábamos, pero nos dimos cuenta de lo fuerte que somos"

🐚🐚

992 palabras

El deseo de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora