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Kazutora comenzó a reírse.

- ¡Tenías que haber visto tu cara! - Comentó entre risas.

Tenía la risa más hermosa que vi en mi
vida.

En No, esperen...

- ¿Estabas mintiendo? - Pregunté y Kazutora asintió mientras dejaba de reírse. Suspiré aliviado.

- ¿Por qué te alivia saber que no nos acostamos? ¿No te gustaría tener sexo conmigo? - Preguntó ¿dolido? - Ni que fuera feo.

Lo miré entrecerrando los ojos.

- Eres un idiota. Si me acostaba contigo iba a pensar que te violé, eres heterosexual. - Respondí obvio.

Kazutora me miró dudoso.

- Entonces... ¿No recuerdas nada de anoche? - Volvió a preguntar y yo volví a negar. - ¿Nada, nada?

- No, Kazutora, ¿por qué? ¿Qué sucedió? ¿Cómo terminé aquí? - Hice muchas preguntas totalmente confundido.

Kazutora suspiró.

- Te encontré en el bar muy borracho y - dije que te llevaría a tu casa, te negaste ir y como no sabía tu dirección, te traje aquí. - Comentó tranquilo.

Lo miré y mordí mi labio, nervioso.

- ¿Dije algo raro? ¿Te dije por qué no quería ir a casa? - Pregunté.

Silencio.

- No. - Respondió.

Asentí, no muy convencido del todo, pero no me quedaba de otra sino confía en las palabras de Kazutora, ya que yo no recordaba nada.

- Gracias. - Le agradecí sinceramente.

- No es nada. - Y sonrió.

Kazutora me sonrió, creí que iba a derretirme de ternura en este mismo momento. Salí de mi sueño y miré a mi
alrededor.

- Tienes un lindo apartamento. - Comente

- Gracias, me costó mucho conseguirlo. - Habló en un tono divertido, sonreí. - Chifuyu, ¿por qué no vives solo?

Lo miré a los ojos y suspiré.

- Todavía no consigo un empleo. - Confesé avergonzado mientras mordía mi labio, nervioso.

- ¿Qué? ¿Cómo que no consigues uno? - Preguntó divertido ante mi respuesta.

- He trabajado en algunos, pero, no sé como, se enteran que soy homosexual y terminan echándome. - Confesé nervioso.

Kazutora deshizo su sonrisa y la cambió por un ceño fruncido, haciendo que me sienta mal por un momento.

- ¿Te despiden por ser homosexual?
¿¡Estás bromeando!? - Gritó enojado. -
¡Eso ni siquiera debe ser legal! ¿¡Qué hay de los derechos humanos!?

- Tranquilo, Kazutora... - Apoyé mis manos en la mesa. - Me conseguiré empleo muy pronto, lo prometo. - Sonreí y él sonrió.

- Yo puedo conseguirte uno. - Habló y lo miré sorprendido. - Y uno en el que nunca serás despedido.

Lo miré extrañado, estaba confundido, pero negué.

- No, Kazutora ya has hecho demasiado al dejarme dormir aquí. - Me levanté. - Gracias pero yo... debería irme.

Kazutora se levantó. - ¿Irás a tu casa? - Preguntó.

Lo pensé durante unos segundos, no tenía ganas de ir a mi casa pero no quería molestar a Mikey otra vez.

- Y-Yo... - El timbre interrumpió mi tartamudeo.

Kazutora caminó hasta la puerta, no sin
antes lanzarme una mirada de... la verdad es que no comprendí su mirada, caminé detrás de él a pasos tímidos. Cuando abrió la puerta un Draken sonriente apareció.

- kazutora, tengo que contarte algo no vas a creer... - Dejó de hablar cuando me vio. Kazutora cerró la puerta y yo le sonreí a Draken, que se encontraba muy confundido en este momento. - ¿Chifuyu? ¿Qué...? - Miró a Kazutora. - Creí que se llevaban mal.

Miré a Kazutora y él me miró, tenía el ceño fruncido levemente, pero eso ya era normal en él.

- Pues ya no, idiota. ¿No ves que está en mi casa? - Le contestó al de cabello rubio con un dragón en el sien.

- Entiendo pero... ¿qué haces aquí? - Siguió preguntando.

- Yo... - kazutora me interrumpió.

- Ya, ya, Draken. ¿Has venido a molestar a mi visita? - Preguntó agotado.

Draken negó y volvió a sonreír.

- De hecho me alegra que también estés aquí, Chifuyu. Es sobre Mitsuya. - Habló emocionado mientras sus ojos se iluminaban, sonreí de oreja a oreja.

Nos sentamos en el comedor mientras Draken nos explicaba la hermosa cita que había tenido con él. Y cuando terminó de contar, Kazutora habló.

- Sí, sí. Te felicito y todo, Draken... Pero, ¿qué pasó con ese tal Smiley?

- Como sea, Draken no tiene que pensar en Smiley ahora.

Draken asintió avergonzado, volví a sonreír y Kazutora nos miraba.

- Bien, van a contarme ahora mismo cual es el secreto que tanto ocultan. - Habló y lo miramos.

- Yo... - Iba a interrumpir a Draken pero él negó. - No, Chifuyu, es hora de que lo sepa.

Asentí.

- kazutora... Yo... En el verano conocí a
un chico en un parque y me acerqué
a él intentando coquetearle, pero él parecía no darme importancia...Pausó y continuó. - El punto es que yo comencé a obsesionarme hasta tal punto de acosarlo. Conseguí su número de teléfono y la dirección de su casa. Le mandaba varios mensajes al día y siempre lo esperaba afuera cuando iba a trabajar y lo seguía cuando salía de camino a su casa... Hasta que me denunció. - Confesó y yo comencé a reírme. - Me puso una orden de alejamiento y no podía acercarme a él en todo el verano, tenía que estar a mínimo 20 metros de distancia.

Miré a Kazutora, él intentaba hacerse el serio pero podía notar que por dentro estaba muriendo por reír.

Comencé a reír como un loco haciendo que Kazutora también lo haga.

- ¡Mi amigo es un psicópata! - Gritaba divertido y yo me reía aún más.

Draken se cubrió el rostro con sus manos avergonzado.

- Los detesto. - Habló y salió del apartamento de Kazutora.

Nosotros seguimos riendo, nos encontrábamos sentados en el mismo sillón y de un momento a otro, estábamos muy cerca.

Paramos de reír, solo nos mirábamos.

Kazutora era tan hermoso, mi mirada se dirigió a sus labios haciendo que muerda los míos.

Lástima que no es gay.

Me separé de él nervioso.

- Lo siento, debí haberte incomodado. - Me disculpé avergonzado.

Kazutora comenzó a reírse, no entendía que era lo que le causaba esa risa, pero segundos después yo reía junto a él.

𝐺𝑎𝑦 [𝐾𝑎𝑧𝑢𝐹𝑢𝑦𝑢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora