Paseo.

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III.

Daban un paso después de otro.
Se escuchaban los cortos tacones de los zapatos Oxford que portaba el rubio en sintonía con las cadenas en las botas del pelirrojo.

El pequeño y barato hotel dónde Heavy se había quedado realmente no se encontraba muy lejos, pero la zona era de esas con muchas casas iguales y eso fue suficiente para hacer que el pelirrojo se desorientara completamente.

— Como los viejos tiempos, eh. Yo teniendo que cuidar de ti y llevarte a casa sano y salvo.

—Yo podía llegar a casa por mi cuenta.

—Sí, pero con la mitad del cuerpo raspado y sucio, sin contar todos los pelos de gato. —Chistó. — Además todo el tiempo olvidabas tu malditas llaves.

Heavy soltó una risa.
Dee lo miró de reojo, sonriendo también.

Pronto ambos decidieron sentarse en una banca, para charlar un rato más.

Hablaron sobre todo lo que había pasado después de haberse separado el uno del otro, poniéndose al día.
Heavy le contó a Dee sobre sus tantas divertidas citas fallidas, peleas de bar, como amaba ayudar en los refugios de mascotas y sobre el gato que recientemente había adoptado de uno de estos refugios, el rubio hizo una pequeña mueca ante esto último.

Dee le contó a Heavy sobre sus torpes clientes y sus extraños pacientes, parecía que su vida no era tan interesante o alocada como la del menor, pero la forma en la que Dee imitaba a los personajes de los que hablaba hacía reír al otro.

... El tiempo parecía no existir.
Sólo ellos dos.

El rubio miraba cómo el cielo cambiaba de color conforme el sol bajaba cada vez más, retiró sus lentes y los guardó en su bolsillo no sin antes limpiarlos un poco. Se tomó unos segundos hasta que finalmente rompió el corto silencio.
—... ¿Recuerdas... nuestro primer beso...?

El pelirrojo abrió los ojos como platos.
¿Dee realmente iba a tocar ese tema?
Heavy creyó que lo habían dejado cómo algo de lo que nunca volverían a hablar, algo que nunca pasó... en especial después de que Dee empezara a buscar una "relación genuina".

Miró al suelo, enfocándose en sus pies.

—Claro que lo hago. —Dijo casi murmurando.

El rubio soltó una risa apenas perceptible.
—Fue el peor beso de toda mi vida.

El menor volteó a su hermano ofendido, frunciendo el ceño.

—¡Ey!

Dee finalmente miró a su hermano, sonriendo de manera burlona.
—Realmente no sabías besar Heavy.

—¿Bueno que esperabas? Fue LITERALMENTE mi primer beso.

El rubio río.
—Menos mal que te ayudé a mejorar.

Heavy se ruborizó un poco y desvió la mirada, rascándose la nuca.

—... Entonces... —se tomó un momento.— ¿nuestro primer beso no te... gustó?

Dee negó con la cabeza suavemente.
—Fue un asco —El pelirrojo se sintió traicionado por un segundo, luego Dee continuó. — pero me encantó.

Heavy nuevamente vió al contrario, sorprendido por su respuesta, segundos después sonrió.

—... Recuerdas esa vez que nos escapamos de la escuela para...

—¿Nuestra primera vez?

Heavy asintió, un poco avergonzado.

Reencuentro. [Deavy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora