Necesidad.

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V.

—Dime ¿Alguna vez lo intentaste con otro chico...?

Heavy se tomó un momento para responder.
—Sí, algunas veces.

—¿Y qué pasó?

—No era igual.

—... ¿Cuál era la diferencia?

El pelirrojo pensó unos segundos, y luego soltó en voz baja.
—No eran tú.

Dee suspiró divertido.
— Carajo. — ¿Desde cuándo su hermano era así de romántico y cursi? O tal vez siempre lo fue, pero no lo había notado.

De nuevo hubo un silencio, pero esta vez, en vez de hablar, Dee se movió, cosa que llamó la atención del pelirrojo.
Heavy observó a su hermano voltear su cuerpo ligeramente para verlo directamente a él, con una mirada que no podía descifrar... como si le estuviera pidiendo algo, pero no sabía que.

Pronto una mano tocó su mejilla, su mentón... el dorso de la misma acarició su rostro como si de un cachorro se tratara, y Heavy cedió ante el tacto, como tanto lo hacía cuando se trataba del rubio.

El pulgar de Dee se posicionó sobre el labio inferior del contrario, el cuál sólo se digno a dedicarle una mirada repleta de necesidad y amor, no lo hacía intencionalmente, sentía que su cuerpo estaba hablando sin su permiso.
Entonces el rubio se aventuró a acercarse a esos labios que tanto extrañaba cada día de su vida, una vida que en el fondo se sentía vacía.

Y Heavy estuvo evitando tanto este momento, porque sabía que una vez sus labios estuvieran sellados, no podría separarse de su hermano hasta que él se lo pidiera, sabía que volvería a ser un desastre total, sabía que todo se iba a ir a la mierda una vez más.

Pero cedió, claro que cedió, esta vez no podía negarse, su corazón ya no lo dejaba.

El pecoso sostuvo al menor por la nuca con sutileza, y antes de que sus labios se unieran con los del otro, el pelirrojo se adelantó y lo besó con antelación.

Era tan impaciente, Dee amaba eso de Heavy.

Sus labios embonaron como piezas de rompecabezas, se movían en perfecta sintonía a pesar de haber pasado separados tanto tiempo. Era como si sus cuerpos recordaran exactamente que hacer, pero la sensación fue como la primera vez que se besaron.
Toda la necesidad y desesperación se comenzó a proyectar en la manera que sus cuerpos se pegaban el uno al otro cada vez más, en cómo se tocaban frenéticamente conociéndose de nuevo.

El mayor abrazó por el cuello a su hermano, ambos gimieron en unísono cuando tomaron una pequeña bocanada de aire y profundizaron el beso con intensidad, dejando que sus lenguas pelearan por dominancia.

Dee mordió con un poco de fuerza el labio inferior de Heavy, quién, ante esto, soltó un ligero jadeo. Los dígitos del rubio bajo la camiseta del contrario no se hicieron de esperar, realmente extrañaba tocar la piel de su hermano.
Rozó uno de sus pezones con su pulgar y de nuevo Heavy gimió, pero esta vez el nombre del pecoso, acto que fue directo a la entrepierna de este, como un shock de adrenalina. Sabía que Heavy siempre fue sensible ahí, pero parece que había hecho una pequeña adición que lo volvió aún más.

—¿Desde cuándo los tienes..? —Susurró, sin separarse totalmente de los labios contrarios.

—... Hace- ¡ah!—Sintió como el contrario jugueteaba un poco con sus perforaciones.— ...mucho... cuando aún vivía con papá y mamá.

—Mh... que lástima que nunca tuve oportunidad de verlos. —Bajó la mirada mientras suavemente masajeaba el pecho del menor.

—Yo... realmente quería que los vieras...

Reencuentro. [Deavy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora