Esquizofrenia y vida

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Su sed de sangre era igual a la de un vampiro...

Mientras peleaba contra otro, lo sujete del cuello, le coloque un collar eléctrico y así pude frenar su ira, pero no me contuve y lo golpee con fuerza. La gente me miraba extraño al final solo era un perro...

Mi hija me trajo agua, tome mis pastillas y empecé a llorar, el mundo estaba cada vez más loco y  mi cordura aparecía de golpe...

Relatos de un locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora