Mariposas de otoño

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Lo único que él hacía era respirar en mi oído, creí que conocía cada parte de su misteriosa esencia...

Jamás pude tenerla tan cerca, jamás pude oler su perfume con olor a una mañana de octubre, café y cigarrillo;  me encanto ese momento, mordí sus labios con fuerza, provocando que se hincharan solo un poco, sonreí y fui a desahogarme un rato...

Relatos de un locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora