🪡. O5

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Reiko ahora pasaba el tiempo con Peyan cuando Mitsuya estaba ocupado en el club de economía del hogar, era como una especie de protección; la cara nerviosa de Peyan al estar frente a una niña era notoria pero cumplía con el pequeño favor que él am...

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Reiko ahora pasaba el tiempo con Peyan cuando Mitsuya estaba ocupado en el club de economía del hogar, era como una especie de protección; la cara nerviosa de Peyan al estar frente a una niña era notoria pero cumplía con el pequeño favor que él amablemente le pidió aunque Peyan lo haya tomado como una orden.

"Peyan, por favor cuida a Reiko mientras termino aquí."

La muchacha de cabellos caoba simplemente estudiaba sus apuntes colocándose al día luego de faltar dicha semana, en una esquina de la hoja de su cuaderno estaba escrito el nombre del muchacho de cabellos lilas adornado con pequeños corazones; sabía de la presencia del muchacho más alto con pintas de delincuente sentado frente a ella pero aún así, su nerviosismo le impedía hacer algún tipo de conversación, sin embargo, creía que sería muy grosero de su parte mantener el ambiente tan tenso.

—Así que... Peyan es tu nombre, ¿Cierto?

—No en realidad, Ryohei Hayashi es mi nombre, todos me dicen Peyan pero puede llamarme Peh, señorita Himura. —Respondió el joven de cabellos rubios.

—¿Señorita? —Preguntó soltando una suave risa, aliviando el ambiente— Por favor dime Reiko, no es necesario que seas tan formal Peh, ¿Son muy amigos, tú y Takashi?

—Algo así, hago parte de su escuadrón en la ToMan.

—¿ToMan? —Repitió con visible confusión, haciendo que el contrario guardara silencio colocándose nervioso.

Ahora ambos caminaban hacia el club de economía del hogar, Reiko dió unos golpeteos suaves a la puerta para luego deslizarla encontrándose con la imagen más dulce que jamás vió

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Ahora ambos caminaban hacia el club de economía del hogar, Reiko dió unos golpeteos suaves a la puerta para luego deslizarla encontrándose con la imagen más dulce que jamás vió.

Aquellos cabellos lilas desordenados, una suave sonrisa y sus ojos calmados de aquel lavanda tan brillante sumidos en la máquina de coser; sus dedos acariciando la tela con la que trabajaba con demasiada delicadeza sólo causó un ligero sonrojo en ella.

Salió de sus pensamientos cuando él levantó su mirada hacia ella, deteniendo su costura.

—Bonita, estás aquí ¿He tardado mucho?

𝗕𝗢𝗡𝗜𝗧𝗔 | 𝐭𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 𝐦𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora