takashi mitsuya x fem oc.
Reiko está en una etapa complicada de su vida; una adolescente en desarrollo que, a diferencia de las demás niñas de su escuela, es diferente valga la redundancia.
A Tokyo Revengers fanfic.
Posibles temas sensibles para alg...
Será algo larguito, espero rían y disfruten. (｡･ω･｡)ﾉ♡
Ps: la canción está ligada a lo que siente Reiko hacia Mitsuya en este capítulo.
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Reiko estaba nerviosa, temblaba que incluso podía llegar a comerse las uñas debido a lo que sentía, una gran ola de emociones la arrastraba mientras observaba el armario lleno de ropa que aún así sentía que no tenía nada qué colocarse, creía que nada de lo que usara haría que se viera bonita para sí misma, bonita para Mitsuya. Había pasado alrededor de media hora mientras miraba aquel oculto apartado de su armario, donde se escondían las prendas de color y estampados totalmente femeninos que su madre le compraba; muy pocas veces las usaba pues su inseguridad la aplastaba junto a las críticas horribles de su familia.
Nerviosa estiró sus temblorosas manos, recorriendo el armario hasta tocar aquellas telas y cerró sus ojos, lo primero que ella tomara, es lo que usaría para su primera cita con su primer chico. Apretó con fuerza lo primero que tomó y abrió sus ojos de golpe, encontrándose con un bonito vestido de mangas largas de color negro, su falda era de un estampado de girasoles notando que aún la etiqueta de la tienda donde la había comprado estaba allí, lo que indicaba que el vestido era relativamente nuevo.
Se miró en el espejo con el vestido sobre ella y mordió su labio inferior mientras los dedos de sus pies se encorvaban apretando la felpa de la alfombra, sus nervios volvían a consumirla y las inseguridades hicieron que se arrodillara frente al espejo, tomando con fuerza su vestido observando cada una de sus perfectas imperfecciones.
—Esto es difícil... —Murmuró para sí misma la muchacha de cabellos caoba, tocando su cuerpo y las estrías que lo adornaban, halando suavemente sus hebras y acariciando sus ojeras— Vamos, Reiko, tú puedes, Reiko...
Sus lamentos fueron interrumpidos por el toque suave de la puerta de su habitación.
—¿Reiko?
Esa voz, esa suave voz provocó lágrimas en sus ojos turquíes; con suma rapidez se levantó del piso, lanzando su vestido hacia la cama y corrió hacia su puerta, abriéndola de golpe abrazando a quien se encontraba tocando su puerta hasta caer con ella al suelo.
—¡Qué grande estás Reiko! —Rió dulcemente, acariciando su cabello.
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