Carlos no había hecho nada más que cerrar la puerta de su despacho cuando sonó el teléfono. Yo me senté en el sofá a descansar un poco mientras él atendía la llamada.
- ¿Hola?
-... -. El teléfono estaba fuera de la habitación, y aunque no era capaz de oír su voz, sabía quien estaba al otro lado.
-¡Hola, mamá...!
-...
-Sí, el viaje fue muy bien.
-...
-Lo normal. Han sido casi 8 horas de viaje, si no maúlla me habría preocupado.
-...
-Bueno... Tan "bien" como cabría esperar. Traerle a casa iba a ser arriesgado, más aún estando ellas.
-...
- Son animales muy territoriales. Lo raro habría sido que Milo entrase por la puerta y todas fuesen amigas.
-...
-Claro, mamá. Pero da la casualidad de que fui yo quien lo adoptó y quien tiene que hacerse responsable, y por muy bien que estuviese con vosotros haciendo lo que le daba la gana aquí va estar de lujo... Y qué narices, que si quereis un gato os puedo llevar uno de la asociación. ¿No queréis un gatito chiquitín para malcriarlo?
-...
-No, suelto por ahora no puede estar. Por ahora vamos a mantenerlo aislado, al menos mientras estamos trabajando.
-...
-No, mamá... Sólo tampoco va a estar. Que le hemos dejado en mi despacho. Voy a pasar con él toda la mañana mientras trabajo...
-...
-Si, Montse tiene que ir a la oficina por las mañanas, como siempre...
-...
-Ya, pero no es su problema. Ella vivía con Lune desde antes de conocernos, y estuvimos de acuerdo en adoptar a Cendra antes de mudarme...
-...
-No, no le adopté por envidia, mamá... ¿Cómo se te ocurren esas cosas?
-...
-Sí, nosotros estamos bien-. Lo decía mientras me miraba con una sonrisa. Me alegro que hayan cambiado de tema-. Bueno, con sueño y ganas de irnos a dormir, que empieza a ser tarde y mañana madrugamos. ¿Y vosotros?
-...
-Bueno, me alegro. Hablamos a lo largo de la semana. Besos...
-... - Y colgó.
No hubo demasiada conversación antes de irnos a dormir. Las "operaciones retorno" de Carlos siempre han sido caóticas, pero ésta en particular lo tenía todo: plantas, alfombras de césped para el patio, ropa, tiendas de campaña... Se había ido quince días de vacaciones y había vuelto como si hubiese sido una guerra. Y para rematar la jugada: Milo.
Sé que lo teníamos hablado y que no era una sorpresa, pero también que no era una prioridad ni algo inmediato y que juntarlo con mis gatas iba a ser un reto. Si al menos se hubiese esperado un par de meses... El caso es que era tontería darle vueltas y mucho menos calentarnos la cabeza a esas horas. Era hora de dormir, y eso es sagrado.
-Buenas noche, cielo-. Dijo justo antes de besarme.
-Buenas noche.
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Diario de Milo
HumorMilo es un gato. Esto sería suficiente descripción, pero como eso no vende, diremos que es un gato que escribe un diario mientras pasa por una crisis vital originada por un cambio de domicilio...