M de Matrimonio [DRARRY]

30 FINAL

Algunas cosas eran más fáciles que otras, era más fácil quedarse en la cama por un mes después de la gran batalla Harry se dio cuenta, envuelto en los brazos posesivos y firmes de Draco, encerrado en una habitación con solo lo necesario para subsistir mientras se recuperaban de las espantosas secuelas sin el mundo interfiriendo sobre ellos. Sin embargo, aún había cosas difíciles que tenían que enfrentar, era difícil tener que salir a dar la cara después de lo que habían hecho por el mundo (sin decirles que no lo hicieron por el mundo, sino por ellos mismos).

Draco le dio fuerza a pesar de que a veces Harry intuía que él debía dársela a Draco, pero el rubio era tan terco y donde él se venía abajo Draco estaba para sostenerlo. Era el mejor esposo de todos a pesar de que había estado tan jodidamente enojado con Harry y triste y roto y enamorado y luego todo de nuevo.

—Vamos, nos están esperando—Draco dijo empujando a Harry para que terminara de vestirse.

—No tienes que recordármelo, llevo tres horas hiperventilando por tener que salir de aquí ¿Realmente tenemos que ir? —Draco rodo los ojos porque era algo que se le había contagiado de Harry y porque el moreno se estaba abrochando mal la camisa y haciendo pucheros.

—Te dije que si—El rubio dijo acercándose a ayudarlo, cada botón cubría las mordidas de amor y las marcas de chupetones—Mamá me envió una carta y finalmente Sirius ha sido liberado, están haciendo una fiesta en su honor y nosotros tenemos que estar allí—Sobre todo para ver con sus propios ojos como su padrino (hombre recto y ordenado que odiaba todo lo que tenía que ver con Black) estaba sobrellevando el hecho de estar saliendo con no solo un hombre que aseguraba "odiar" sino con dos. Aun no estaba seguro de como ocurrió, se habían perdido mucho permaneciendo alejados, pero en su defensa ellos lo necesitaban.

—Amo a Sirius—Harry dijo como si se lo recordara a sí mismo—Solo que...—Él tomó un respiro, desvió la mirada y Draco sujeto sus manos dulcemente.

—Lo sé—Aseguro.

Draco tampoco quería dejarlo fuera de su vista bajo ningún motivo, pero dentro del sanar las heridas y superar que Harry había muerto y vuelto a la vida en el mismo día estaba el regresar a su rutina y a su vida normal. Harry estaba allí, no lo había perdido y Harry también tenía que recordar que Draco ya no estaba enfermo, que no caería muerto en algún momento ni se dejaría morir de repente como lo había hecho cuando se separaron en esa batalla.

Estaban bien, habían vencido al final y ahora solo tenían que vivir.

—Te amo—Harry susurro, no un secreto ni una exclamación vacía, sino un hecho certero de algo inquebrantable.

—Te amo—Draco respondió acariciando con su pulgar la banda de oro en el dedo de su esposo.

Si, estaban bien y lo estarían de allí en adelante.

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Cuando los recibieron en la mansión Malfoy Harry no pudo evitar sentir que Draco había tenido razón y ya había sido hora de salir al mundo y enfrentarse a su familia de una vez. Hermione y Ron lo habían abrazado ambos llorando, Harry se fundió en un abrazo que le supo a un amor que era tan fuerte como nada más, un amor que era la amistad que tantos años se mantuvo y sobrevivió contra las más profundas adversidades.

—Los extrañe—Harry dijo y cuando lo dijo fue sincero, a pesar de que no lo hubiera sabido, a pesar de que no lo creía hasta que fue sostenido por ambos. Los había extrañado.

Hermione se limpió las lágrimas y reviso a Harry de arriba hacia abajo, luego lo jalo para ella y Ron hacía los Weasley. Draco lo miro y lo dejo machar, su pecho se contrajo con preocupación, pero un momento después sus hombros cayeron, él estaba bien y lo seguiría estando, estaba feliz de que Harry sonriera y se uniera a su familia.