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Las gotas de lluvia que caían por toda la ciudad lograban causar en Ronnie Peters una felicidad extremadamente rara. Para ella, ver el cielo gris camino al trabajo de su novio, le animaba demasiado. Había personas que eran felices si tenían un día soleado sobre sus cabezas, otras que se alegraban al escuchar a los pájaros cantar. Ella amaba aquel olor a tierra mojada que le recordaba que estaba en su hogar, en Londres.
Fue así como aquel día se recargo de toda la energía que necesitaba para cumplir con sus obligaciones diarias. Y, tras salir de la universidad se fue a buscar a su novio como cada tarde.
Nathan Robb, era el hombre de sus sueños. Un chico trabajador, inteligente y condenadamente apuesto. ¿Qué más podía pedirle a la vida?
<<demasiadas cosas>>
Bueno, tal vez Nathan no estudiaba ni tenia el mejor empleo del mundo, pero la quería, respetaba y cuidaba como su propia vida. Dos años de relación que seguían siendo perfectos para ella solamente por que lo tenia a su lado. Era su príncipe, aquel que tal vez solo existía en los cuentos de hadas y posiblemente en su cabeza, pero era mejor su fantasía que la misma realidad a la que debía de enfrentarse.
—Hola preciosa, ya comenzaba a preguntarme porque tu tardanza
Ronnie se dejo ir a los brazos de su novio que la recibió como siempre, con mucho placer por tenerla en su vida. Mujeres había demasiadas, pero ¿Qué lo abrazaran tan fuertemente sin importarle si se llenaba de grasa?, solo una. Su chica.
Nathan dejo caer la llave de trinquete que sostenía en su mano, para así poder aferrar bien a su novia. A ella ya no le importaba el olor que desprendía su novio, o si su rostro o manos se encontraban sucias, era su trabajo y lo comprendía. Se sentía orgulloso de él.
—Solo he tardado un poco. Sabes que cuando el día se nubla es señal para venirme caminando—le mostro una gran sonrisa para después besarlo cortamente y separarse
—Ni siquiera me ha dado cuenta que ha estado lloviendo
Bromeo. Por supuesto que se había dado cuenta al ver a su novia con la ropa empapada. Lucia extremadamente sexy, aunque eso también le causaba dolores de cabeza de solo pensar que en su recorrido había tenido puestas las miradas morbosas de otros hombres.
—Pues lo esta haciendo, y el agua esta riquísima
—Te vas a enfermar, y después tendré que cuidarte
Ronnie hizo una pequeña mueca al escuchar aquello. Sabia que su madre ni siquiera lo dejaba acercarse a la casa cuando ella estuviera.
—Creo que tengo unas muy buenas defensas
—¡Deja de platicar, Robb!
El grito del dueño del taller provoco que la castaña riera, y su alto novio rodara los ojos.
—Lo mismo de siempre—murmuro—¿Lo ves? Todos saben que solo vienes a distraerme
Nathan tenía un espíritu de niño, le encantaban las bromas, por lo que sus palabras ya solo le causaban gracia. Entendía que no las decía en serio. A pesar de ese rostro de chico malo y sin duda alguna de su enorme altura que nadie pasaba por desapercibido, estaba enamorado profundamente de Ronnie, y no temía mostrarle sus sentimientos. Ya no.
—Ya me voy, solo venia a saludar—le robo un pequeño beso que provoco los chiflidos de sus compañeros
—¿Vendrás esta noche?—la atrajo de nuevo a su cuerpo—Podríamos ir a cenar al lugar de Tanner con lo que gane. Amas las hamburguesas de allí.
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SIRENA [H.S]
FanfictionEres la sirena de la muerte. Quien te escucha y llega hasta ti, deja la vida apenas mirarte. Tienes el poder de encantar y arruinar a quienes te conozcan. En la mirada llevas la perdición. Eres una dulce tentación