6

612 65 33
                                    

Verano 1995

—¿Aún no me hablaras?

James vio a su gemelo antes de soltar un suspiro y asentir. Debía ser mucha su tortura el que Draco le haya ignorado olímpicamente durante el resto de escuela, devuelto su sudadera y haber hecho oficial su romance con Diggory como para dejarle de hablar hasta el punto de ignorar sus cartas y sus llamadas a través de red flu.

Sin contar el hechizo de Myrtle que lo dejó pegado a la pared de cabeza para abajo unas horas, lo bueno fue encontrarlo antes de que se desmayara. Que Pansy le dio un “pastel de reconciliación” según de parte de Malfoy que le dejó dos días en la enfermería y la golpiza que le dio Nott. Jamás sabría que Luna fue la que le dio la receta a Pansy.

Sonrió un poco, sin lastimar su ojo morado.

—Gracias.

—¿Por qué lo hiciste?

Harry no había insistido tanto por esa razón. Que le preguntaran aquello y no saber que decir, se puso a jugar con sus manos en la mesa mientras que alzaba sus hombros, tratando de ser indiferente.

Se alegraba bastante de estar solos esa mañana.

—Solo me enojo que Cedric pensara que le quería quitar a su.. Su... A él.

Él. Era la forma en la que Harry se expresaba de Malfoy sin decir su nombre después de aquel incidente.

—Pero dijiste su secreto.

—Quizás... Quería demostrar algo.

—¿Qué?

—Qué era importante para él. De su club de amigos, alguien que sea su confidente. Algo así. No lo sé.

—Sabes que eras más.

—Solo me enoje. Me sentí muy furioso.

—¿Pero le pediste perdón?

Harry alzo su cabeza para ver los ojos de su gemelo. Paso su mano por su nariz para no ponerse a llorar cual bebé antes de morder su labio.

—No. —Susurro.

—¿Por qué?

“Abrió los ojos al verlo irse, después oír las pisadas de Cedric ir tras él. Se agachó para tomar el dije y esconderlo en la bolsa de su chamarra. Dio dos pasos antes de que le tomarán el brazo, obligándolo a voltearse.

—¿A dónde vas?

—La he cagado y debo pedirle perdón. Estar con él... Solo, déjame ir. Prometo arreglar esto. Todo estará bien.

Nott lo dejo ir antes de que saliera corriendo. Sabía donde iba a estar, lo conocía bien, pero el destino parecía no quererlos unir al oír a Pevees a lo lejos junto al gruñido de la gata de Flich. Se escondió en otro salón, maldiciendo en silencio.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, abrió con lentitud antes de salir corriendo. Llegó más rápido de lo que esperaba, se sentía agitado, pero aún así subió de dos en dos las escaleras para llegar a tiempo.

Harry y James Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora