Capítulo I

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Todos se volteaban a verlo, apreciando su inigualable belleza y su caminar tan hipnotizante. Hombres y mujeres no apartaban la embobada mirada de su alta y delgada figura. Las ondas de sus cabellos castaños danzaban al ritmo de los movimientos de su cabeza y mantenía una expresión relajante en su rostro divino. Sus ojos de un brillante avellana recorrían el lugar con notable aburrimiento a través de los cristales de aquellos anteojos de marcos negros con los que siempre llevaba consigo, como así también los libros entre sus brazos. 

Acostumbrado a ser el centro de atención, dejó que un bostezo escapara de sus finos labios. No había dormido como correspondía por estar realizando un informe a último momento de la clase que más detestaba pero que, como todas las demás, tenía un excelente y destacable promedio.

—¿Otra vez te desvelaste?— Le preguntó su amigo pelirrojo una vez lo vio entrar al salón de clase. Ambos coincidían en la misma asignatura dos días semanales, y ese era uno de ellos.

—Olvidé hacer el trabajo.— Respondió encogiéndose de hombros.

—Ango y yo te lo hemos estado recordando toda la semana, Dazai.

—Pero sabes que soy un chico muy ocupado, Odasaku.— Intentó excusarse con un puchero.

El mencionado sólo suspiró y emitió una leve risa. Aún no lograba entender cómo era que aquél ocurrente joven tenía la mejor calificación de la institución a pesar de ser tan distraído y perezoso; de las manías que tenía de no estudiar y que, a pesar de eso, su imagen académica seguía intacta debido al intelecto increíble que él portaba. Sin duda alguna, era admirable.

—¿Ango vendrá hoy?— Sentándose a su lado, Dazai preguntó por el amigo que ambos tenían en común en esa misma clase.

—Me había dicho por mensaje que llegará tarde, tenía que hablar con la secretaria.

—Uhhh~— Canturreó pícaro. —Ango no pierde el tiempo, la secretaria es una chica muy guapa~

El pelirrojo rodó los ojos divertido y, riendo, dijo:

—Sabes que a Ango no le interesa tener pareja ahora, él es un chico muy reservado sobre eso.

—Ango es una persona muy misteriosa, Odasaku.— Antes de que su contrario dijese algo, el castaño agregó cambiando de tema: —Abrieron un café cerca de aquí, podemos ir los tres a estudiar para el examen de la semana que viene.

—¿Estudiar?— Los ojos color marino del mayor de los dos, se voltearon a verlo acompañados con una leve sonrisa burlona. —¿Desde cuando sabes hacer eso?

—Podemos ir los tres para que yo los ayude a ustedes a estudiar para el examen de la semana que viene.— Se corrigió fingiendo altanería inflando su pecho, y previamente recibió el suave golpe de una libera en su cabeza por parte de su amigo. —¡Odasaku!

—La próxima va más fuerte.

—Prefiero que sea fuerte pero en otro sentido.

—Dazai...

—Lo siento.

—Lo siento

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The coffee boy | Soukoku AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora