Preludio - Kookmin

3- Visita

Los días pasaron, para Jimin no sabia si los últimos acontecimientos habían sido reales o solo se trataban de un sueño, todo era demasiado confuso para el, por lo que evadió el tema pensando que todo había sido producto de su imaginación debido al cansancio, en este momento se encontraba en su casa ya que tenía 3 días libres luego de sus días tan cansados de guardia.

No tenia mucho de haberse levantado, aseado y alistado, al buscar en su cocina y con la pereza de preparar algo solo busco en uno de sus cajones encontrando cereal, por lo que vertió un poco en un tazón agregando luego un poco de leche, se disponía a sentarse en el desayunador de la cocina cuando algo lo altero en demasía 

-Mmm cereal, ¿en serio solo comerás eso? - el rubio escupió todo lo que tenía en la boca sin poder evitarlo, se supone que el estaba solo, volvió su vista a un lado encontrándose al pelinegro de hace unas noches quien aparecía a su lado.

-Debes estar bromeando, eso fue un sueño- elevo levemente su vos- Oh no espero, no me digas que voy a morir- el pelinegro le sonrió ladinamente, no negaba que le encantaba alterar al rubio.

-Si- el rubio abrió grande sus ojos- Pero no hoy- el pelinegro emitió una carcajada ante la expresión de enojo que el rubio quería transmitir- Además no eres tan importante como para que yo conduzca tu alma- el rubio irguió sus cejas.

- ¿Quién eres?- la pregunta había sido dada, pero el rubio no mentiría a decir que en sus adentros sabia que la respuesta esperada le daría escalofríos.

-Mmm, creo que la pregunta no está bien dicha- un escalofrío paso por la nuca del rubio, sabía que podía arrepentirse, pero quería preguntar.

- ¿Qué eres? - el chico pelinegro rio, realmente todas sus facciones indicaban un gran ego

-Mejor pregunta, mmm la verdad me llaman de muchas maneras, Parca, Anubis, Februus, Azrael, en américa tienen más imaginación y me han dicho la Calaca, Huesuda, Patas de Itztle, hasta hay una seria de un niño tonto y una niña que da miedo, solo que no recuerdo como me llamaban ahí, huesudo puro... - Los ojos del rubio se abrieron en grande, no esperaba para nada esa respuesta- Ah no recuerdo, como sea, ¿me ves tan delgado?

-Eee.... ¿Eres la muerte?

-Sí y no, no soy la muerte en sí, digamos no puedo matarte si lo deseo ahorita como todos creen, pero si soy quien controla que llegues al fin de cada una de tus vidas, para que puedas ir a la siguiente sin problemas, pero como hay tantos humanos ahora, tengo gente que trabaja para mi que se encarga de la mayoría de las cosas, digamos así como que soy el supervisor, ya no hago trabajo de campo 

- ¿Los recolectores? - el pelinegro se acercó al mesón donde había fruta y tomo una manzana que se dispuso a comer

-Si, ellos, eres muy inteligente, ¿te lo han dicho?

-Alto, has dicho ¿vidas?, me refiero hay más de una- el pelinegro enarco sus cejas, ese dato no debió de habérsele pasado, pero bueno debido a la situación no creía que estaría mal decirle eso a este chico

-Depende, si haces algo muy malo aquí, a veces a Renacer no le da ganas de darte otra vida- el pelinegro fruncía los labios- dicen que yo soy el malo, cuando es a ella a quien hay que temerle

- ¿Renacer? ¿Quién es? ¿Has dicho Ella?- Mierda, pensó el mayor, ahora si la había fregado, Renacer odiaba que los humanos supieran de su existencia, así que todo solo se lo aquejaban a él.

-Preguntas mucho, Park Jimin, ¿Te lo han dicho?

-Tu sabes mi nombre, pero yo no se el tuyo...

-Tú también sabes el mío, TaeHyung te lo dijo, tengo ciertos nombres, pero en confianza te dejare llamarme JungKook

-Está bien, Mmm, JungKook, ahora si no me toca morir hoy ¿A qué debo tu visita?

-Nada especial solo estaba aburrido, ¿Qué harás hoy? - el rubio solo lo observaba eso de tener a la muerte cerca no le era muy cómodo, además aunque el decía que no podía matar a nadie, este solo se imaginaba al pelinegro sacando su hoz como en las películas y que le cortara la cabeza

-Yo, tengo el día libre, así que pensaba dormir- en eso el rubio no mentía

- ¿Seguro que no piensas salir? - el rubio solo negaba con su cabeza- ¿Y si yo te invito a ir a algún lado?