4- Cita con la Muerte

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Al fin el rubio había aceptado la invitación, pero sin evitar dar bromas al pelinegro durante el viaje si de casualidad deseaba asesinarlo, por lo que este solo reía y negaba, aclarando que si hubiese querido que muriese lo hubiese dejado morir en su casa del aburrimiento.

Habían llegado a un lugar muy hermoso, era una cafetería adornada estilo vintage pero también teniendo gran cantidad de plantas en su decoración, dando un toque de hogar, muy iluminado, ya que contaba con varios tragaluz en el lugar, el rubio se imaginaba un calabozo no un lugar tan lindo ni acogedor

Decidieron tomado una mesa alejada en un lugar donde la luz entraba mucho mas al local, el pelinegro ayudo a acomodar al rubio en su silla sentándose posteriormente frente a este

-Jamás me imagine un lugar así- el pelinegro rio negando con su cabeza

-¿Que te imaginabas, algún calabozo?

-La verdad si- el pelinegro solo reía ante las ocurrencias del rubio, se alegraba de hacer tomado una buena decisión, aunque estuviese rompiendo las reglas.

-Así que esto es ¿una cita con la muerte? - el pelinegro vio al rubio enarcando sus cejas

-No, no eres mi tipo para una cita- el pelinegro hablo serio, pero al ver al rubio no evito carcajearse fuertemente frente a él, el rubio con una expresión de total indignación iba a responder, pero callo al ver como alguien se acercaba a ellos

-Hola Jefe que milagro que viene acompañado – un mesero, castaño, alto y bien parecido se acercó a ellos para tomar la orden - ¿Qué desean tomar el día de hoy?

-A mí lo mismo de siempre Hoseok y ¿A ti Jimin, que te gustaría?- el rubio estaba algo confundido, ¿acaso ese chico era un recolector?, lo dudo un par de veces ya que el joven se miraba humano, el pelinegro vio al rubio perdido en sus pensamiento por lo que sin dudarlo hiso un chasquido con sus dedos, haciendo que el rubio volviera su vista a el 

-Ah, un capuchino para mi por favor, y un pedazo de torta de chocolate

-Claro ya se los traigo- el mesero levanto ambos menús dándole una sonrisa a ambos y moviendo al mostrador

- ¿Jefe? ¿Qué esto es parte del inframundo o qué? - el pelinegro solo reía en grande

-No hay tal cosa como el inframundo Jimin, ¿te gusta la historia griega acaso?, y no, para intentar llevar un pasatiempo decidí abrir este lugar hace mucho, el cual conforme van pasando los años solo lo he modificado, mantiene mi mente ocupada muchas veces, aunque por el momento aunque saben que el dueño soy yo, un amigo se encarga de su administración 

- ¿Y el, digo, los trabajadores saben quién en verdad eres?

-Mmm la verdad no, solo creen que soy algo así como un mafioso, o un chico mimado con mucho dinero, pero de lo que en verdad soy, no, no lo saben- el pelinegro sonrió al rubio -Es mi manera para estar más cerca de este mundo, aunque no siempre me dejo ver, tu eres uno de los afortunados

-Que alagado me siento- dijo de manera sarcástica, ambos rieron juntos al pelinegro realmente le gustaba la forma de ser del rubio, quien a pesar de saber quien era este, en ningún momento se ha visto intimidado por el

La salida había salido muy divertida, hablando de cosas banales, o el rubio preguntando una que otra duda al pelinegro, quien gustoso respondía las inquietudes del mas bajo

Al terminar la cita, no cita, y caminaban hacia el vehículo del pelinegro el rubio pareció notar  una sombra pasar rápidamente, pero al no identificarla solo quedo estático en su lugar, ¿abre visto mal?, se preguntaba

- ¿Todo bien Jimin?

-Sí, me pareció ver algo - el mas bajo negó con su cabeza varias veces, seguro fue su imaginación- Pero nada malo, vámonos

Preludio - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora