*Epilogo*

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- ¿Solar segura que será hoy? - la rubia solo asentía con la cabeza, había tenido que hacer jugadas fuera de permiso, pero sabia que hoy seria el día.

-Sí y cállate no quiero que él nos oiga- ambos estaban detrás de un estante de libros en la biblioteca de una gran universidad, nadie podía verlos, pero aun así se escondían

-No creo que pueda

-Si lo hace, solo que le gusta ignorarnos

-Así será ahora siempre verdad, ¿él se quedará como un mortal? - la rubia vio al alto con tristeza

-No siempre Tae- vio como el alto enarcaba las cejas- a pesar que YoonGi acepto suplantarlo, no puede ser para la eternidad el deberá volver, el propósito de su existencia es ser la muerte, pero por el momento tomará esta vida como vacaciones después de tantos siglos de jamás pedir algunas- la rubia aclaro la última palabra con tono diferente

- ¿Pero y Jimin? ¿Le has dado a su alma un inicio no, un nuevo conteo de vidas?  - la rubia asintió

-Ver a JungKook así de mal me destrozo, sé que rompí las reglas, pero no me arrepiento- el alto le sonrió nuevamente

- ¿Ya paso? ¿O me lo he perdido? - ambos voltearon a ver al más bajo y ahora llamado "Muerte"

-No amor, aun no- los tres escondidos estaban ansiosos

-Solar tengo otra duda, si Jimin volverá con sus vidas y JungKook en algún momento volverá a su trabajo eso quiere decir que ¿JungKook siempre tendrá que...?

- ¿Buscarlo en cada una de sus vidas?, Si Tae, yo me encargo de hacer que el alma vuelva a esta realidad, pero no el lugar exacto donde ira, por lo que, si JungKook decide volver algún día a ser mortal o aun como la muerte, el tendrá que buscar el alma de Jimin siempre, sin que nada le asegure si la encontrara o no, le dije que era una locura, pero dice que por ese chico vale la pena

Ambos se miraban con ojos cristalinos, no podían creer que tan romántico se había vuelto el pelinegro -Oigan, ahí están- el más bajo les señalo un lugar en específico en la biblioteca

Un rubio caminaba entre los largos estantes de libros en la biblioteca de su universidad, tenía una semana de haber entrado a esta, y ya se sentía que se estaba agobiando por tantas cosas, buscando pudo observar el libro de calculo que le habían recomendado se paró de puntillas, pero no podía alcanzarlo hasta que vio un brazo llegar al libro y bajarlo a el

Regreso su vista, viendo a un chico pelinegro mucho más alto y robusto que él, mirándolo fijamente, pero con una enorme sonrisa en su rostro

- ¿Querías este libro? - el rubio lo miraba aun fijamente, no sabía porque, pero sentía que lo conocía, aunque nunca antes lo había visto, debía ser su imaginación

Tomo el libro en sus manos- Si muchas gracias, es que me dijeron que con este es más fácil de comprender

-Ya veo, ¿De qué carrera eres?

-Ah, soy de primer año de arquitectura, pero esa materia me cuesta un poco- el pelinegro le sonreía

-Yo estoy en cuarto año de Ingeniera Civil, y di tutorías de esa materia, si deseas puedo ayudarte- el rostro del rubio se ilumino, por fin se sentía mas aliviado, y mas motivado en seguir.

-Oh, eso sería genial, muchas gracias, mucho gusto soy Lee Jemin

-Un gusto Jemin, soy Park Jeongguk, bueno podemos empezar ahorita si lo deseas- el rubio asintió varias veces, emocionado por la ayudo, y no mentía también por la compañía del pelinegro

Ambos se sentaron juntos, el pelinegro comenzó a observar las facciones de este cuando se quedaba pensando en cómo resolver los ejercicios que el pelinegro le ponía, era mucho más joven claramente que la última vez, pero sus ojos, su sonrisa, era el, definitivamente lo era

Escucho leve murmullo en uno de los estantes detrás de él, volviendo su vista y observando tres figuras que se escondieron rápidamente, levanto su mano dando agitándola en señal de adiós hacia los estantes, el rubio se percató de eso volviendo su vista al sitio, pero no pudiendo ver nada

- ¿Pasa algo? - el pelinegro solo lo vio riendo

-No, solo me despedía de unos viejos amigos- el rubio volvió a su ejercicio mientras el pelinegro solo pensaba, que, por ver el rostro de ese chico, no le importaba vagar toda la eternidad, el simplemente lo buscaría en todas y cada una de sus vidas 

Preludio - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora