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No se bien el momento en el que me quedé dormida, ni cuando terminó la película. Lo único que recuerdo son los gritos de Pablo cuando mis ojos decidieron abrirse.

- ¡Qué cojones está pasando aquí!

Sobresalté con su grito, y debajo mía Hugo intentaba acostumbrarse a la luz que acababa de encender Pablo, observando así la escena de nosotros abrazados durmiendo. 

Me levante lo más rápido posible, aun con los ojos entrecerrados dirigiéndome a Pablo y dejando al rubio a un lado. Aun era de madrugada, puesto que no había ni un rayo de luz entrando por la ventana.

- Pablo tranquilo. - dije al notarlo con la mandíbula tensa y los puños cerrados. - No ha pasado nada. - intente sonar de lo más serena posible. 

- ¿Qué esta haciendo él aquí? ¿Y por que coño estabais abrazados? - en esa última pregunta me mira encarándome.

Mi corazón bombea demasiado rápido, tanto que parece que se va a salir del pecho. En realidad hoy no había pasado absolutamente nada, simplemente éramos dos amigos durmiendo juntos. Pero las imágenes del día que fui a su casa del campo vienen a mi cabeza.

- Vino anoche para no dejarme sola, y viendo una película nos quedamos dormidos. - le expliqué con un hilo de voz aun sabiendo que es verdad.

- No me has respondido a la segunda pregunta. - dice con la voz dura.

- Somos amigos, Pablo.

Aunque eso no lo tuviera tan claro yo misma.

- Hasta hace poco os llevabais como el culo, y ¿ahora dormís abrazados? - suelta una risa irónica.

- Pablo...

- Vete a la mierda, Eva.

Y con esa última frase, y después de mandarle una mirada de odio a Hugo que estaba detrás mía, salió de casa dando un portazo que me hizo sobresaltar. Suspiré y me deje caer en el sofá, llevando mis manos a mi cara apoyando los codos en mis rodillas.

Soy una mierda de persona, le he puesto los cuernos a mi novio, y encima tengo la decencia de mentirle en sus narices. 

Y lo peor de todo es que por más que quiera arrepentirme, no puedo. No cambiaría por nada del mundo todos esos momentos con Hugo.

Lágrimas comienzan a resbalar por mis mejillas y de pronto siento unas manos en mi rodilla. Levanto la cabeza y le encuentro a él, agachado de cuclillas mirándome.

- Eh, no llores. No has hecho nada malo, le has dicho la verdad y él ha sido el que no te ha creído. - me consuela mientras acaricia mis rodillas de arriba abajo.

- No Hugo, no le he dicho la verdad. Le he dicho que somos amigos. - asevero con los ojos llorosos.

- Y lo somos.

- No lo somos. Los amigos no se acuestan. - me cuesta decir las últimas palabras.

Un silencio reina en el salón después de mis palabras, sobre todo por que después de que pasara ninguno de los dos hablamos nada al respecto. Hugo agacha la cabeza sin saber que responder, y eso me pone más nerviosa aun. 

- Lo se. - dice Hugo aun con la cabeza agachada y con un hilo de voz. - Somos unos egoístas por lo que hicimos, pero el pasado no se puede cambiar. - sus palabras me sientan como mil cuchillos en el pecho. - y tampoco quiero cambiarlo.

Nuestros ojos chocan sin saber que decirse pero a la vez diciéndose miles de cosas.

- Será mejor que te vayas, necesito estar sola. - agacho la cabeza de nuevo.

- ¿Segura? - asiento. - Esta bien, llámame cuando me necesites. 

Dicho eso se levanta, me da un beso en la cabeza y sale por la puerta al igual que Pablo ha hecho minutos atrás.

¿En que momento mi vida se ha vuelto tan complicada?

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2021 ⏰

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