La Última Alma

Capítulo 095

- ¿Cómo? ¿Qué? ¡No te creo! - Elizabeth hablaba por teléfono mientras veía como Christian revisaba a los trillizos - Está bien, iremos con cuidado

- ¿Qué sucedió? - Verónica acomodaba la maleta

- La tercera guerra mundial acaba de empezar, la humanidad nos declaró la guerra y va a empezar con Walker

- ¡A la verga! - todos miraron a Lalisa - ¿Qué? - las otras negaron - Tenemos que cuidar el fuerte hasta esto acabe

- Pero el detalle es que tenemos otro problema - Elizabeth miraba a sus hijos - Ian y Kieran están en medio. Ellos no han vuelto

- Carajo, hay que ir por ellos - la Saiyajin se disponía a ir, pero Verónica la detuvo

- No te metas, no queremos que nos ataquen mientras están los bebés en medio

Ian estaba contra la pared siendo golpeado hasta más no poder, ya su cuerpo no resistía a los ataques del hombre

- Pensé que los demonios eran más fuertes - le pateo la cara - Debería de matarte de una buena vez

- No tienes los pantalones - escupió sangre - En tu mundo era un héroe, no el villano

- Tu mismo lo dijiste, en mi mundo - sus ojos se tornaron rojos y como la lava - Creo que ello mejor es terminar con esto de una buena vez

Cuando iban a salir de sus ojos los rayos láser, Kieran le disparó en la cara a y este molesto la miro, la chica se dio vuelta en intento correr, no obstante, el chico era más rápido. Lo que sucedió después se puede reducir que fueron las acciones más rápidas del mundo

- ¡NOOOOO! - Kieran grito cuando vio el pecho del demonio ser traspasado por la mano y el brazo de Leonard - No, no
Ian tenía una sonrisa en sus labios mientras caía mirando a Kieran. Ella intento acercarse, pero un rayo láser se lo impidió

- Déjalo, déjalo - Kieran se movió para cubrirlo, pero un golpe la saco de allí - ¡Ahg! - escupió sangre cuando impacto con una viga
Leonard con fuerza le piso la cara a Ian y está se volvió papilla. - Con esto ya no te van a curar - paso rayo láser por el cuerpo moribundo del demonio

- ¡IAN! - el rubio la miro y sonrió - ¡Eres un enfermo!

- Tranquila, tu sufrirás su mismo destino - sonrió psicopatamente

Las tropas humanas llegaron a Moscú, reuniendo personas de distintas partes del mundo. Jennifer y Lizabeth veían todo a lo lejos resguardando a sus tropas

- ¿Y ahora qué? - Lizabeth estaba sentada en una azotea mirando

- Ahora esperamos a ver qué hace la humanidad, aunque lo más seguro es que mueran todos - Jennifer jugaba con su espada - Solo espero y no mueran muchos por su idiotez

- Son humanos, eso pasará seguro, nosotras también lo fuimos y no evitó que hiciéramos idioteces

- Si, pelear contra un ángel se considera una gran idiotez

- No solo eso, enfrentarse a un Dios también - sonrieron las dos - Pero qué más da, son cosas que pasan tarde o temprano

Las cosas en Italia estaban tensas, Lalisa, Verónica y Elizabeth acababan de llegar con los trillizos y todos se acercaron a ellas

- Awwww, son tan lindos mis sobrinos - Bonucci corrió por uno - ¿Cómo se llama está hermosura?

- Damon - respondió Verónica y la cara de la vampira cambio radicalmente

- ¿Me estas jodiendo? - la mujer negó - ¿Lo hicieron a propósito? - la mujer asintió - Las odio - miro al bebé - Tú no tienes la culpa de que tus madres te hayan puesto un nombre tan horrible, bebé