La Última Alma

Capítulo 052

Los años transcurrieron y Jennifer dio con las cosas que liberarían a su amada. Samael había utilizado una espada encantada con la magia de Lizabeth, también su Báculo Sagrado que le permitía viajar entre dimensiones, el cual, ahora estaba en un universo desconocido dejado allí por Dios

Tener aquellos tres artefactos en sus manos era un total reto, sobre todo con el Báculo Sagrado. Pero eso no calmo sus esperanzas y más después de que Samael abandonará a Jonathan Walker. El último portador del ángel caído, él murió sin dar batalla ni hijos, dejando a Samael en busca de otro contenedor, hasta llegar a Caroline Walker

Un día Jennifer salió de paseo por la tierra y vio a la pobre Samael rogando por un cuerpo. Hasta que una chica campesina en una Granja en Dallas; Texas se hizo presente. Una chica de ojos verdes, cabello oscuro y piel tostada por el sol sería la siguiente en la lista

Jennifer no desaprovechó la oportunidad y causó un gran destrozó en el corazón de la pobre chica, generando un odio tan grande hacia Lucifer que daba miedo. Jennifer se valió de eso para seguir los pasos de la siguiente portadora de Samael y alimentar los poderes malignos en la chica. Esta también le contaría que existían más universos paralelos y que podía ser más fuerte que un ángel o un demonio, tal y como lo fue Lizabeth

Los años pasaron y llegó el día de la verdad, donde el primer doppelganger de Lizabeth se hizo presente. Jennifer hizo de todo para que Caroline la salvará y la llevara consigo, cuando esa niña apareció a Jennifer no le quedaron dudas de que el universo estaba confabulando a su favor y que los antiguos dioses guiaban su camino

Como obra del destino, Jennifer noto las visitas del Ángel Gabriel a Ariana, la primera mujer de Walker. Como todo el tiempo, Jennifer no dudó en meterle ideas en la cabeza sin que la chica se diera cuenta desarrollando aún más su maldad. Cuando mató a Ariana, y llevo a la doppelganger a otro universo ella no dudó en viajar a ese lugar con ayuda de los poderes de Lucifer, debido a que ella no tenía su Báculo

Ella unió las almas de su doppelganger con la de su amada, así creando un vínculo que después causaría un desorden en el universo. Volviendo a Walker, está se convirtió en la Emperatriz de los universos siguiendo los pasos de alguien que ella creía inalcanzable por las ideas que llegaban "mágicamente" a su cabeza. Poco después de nacer su segundo hijo y Dios se diera cuenta que sus ángeles y Arcángeles no podía con Walker decidió marcarla de por vida. Cómo castigo Dios le otorgó la marca del dragón a Walker y su descendencia, como si fuera una marca maldita. Jennifer sonrió cuando Dios tatuó a Caroline porque aquel dragón era el mismo que representaba a los Pendragon, era su dragón, su marca familiar y aquello solo mostraba más llano su camino

En cada universo que Walker pasaba Jennifer lo visitaba para ver si encontraba más doppelgangers para unirlos, con la excusa de que sus almas debían estar juntas. Sin embrago, todo cambio cuando algo más llegó a la ecuación de la salvación de su amada. En unos antiguos escritos se percató que, para el ritual de liberación de la espada, necesitaba sangre de un doppelganger, del más fuerte y de una presencia malvada que igualará a Lucifer en poder o lo superará. Jennifer pensó en utilizarse a sí misma, pero después de ver a Walker arrasar con los ángeles, decidió utilizarla y hacerla su esclava para sus malévolos planes

Al principio de la guerra oscura. Lucifer estuvo contra las cuerdas y estuvo a punto de perder en varias ocasiones, hasta que Jennifer ofreció su "ayuda" para la batalla, Lucifer no quería, pero tras la muerte de Beelzebub él se quedó sin un general, si uno de sus Pecados Capitales y no tenía hijos para que lo apoyaran en las batallas, así que no le quedó de otra que aceptar

Así fue como en el universo 3 estas dos mujeres se conocieron. Durante una batalla que Lucifer no comando, Jennifer hizo su movimiento

- Eres muy guapa para estar en las filas de Lucifer - Caroline estaba delante de ella con su espada - Sería mejor que estuvieras con el lado ganador

- Mmm, no lo sé - coloco su debo en la frente - Déjame pensarlo

- No lo pienses por mucho tiempo porque tal vez te arrepientas

- Puede que sí, puede que no. Ahora me dejarías hablar con Samael

Con uno movimiento, Jennifer tenía a Caroline debajo de ella y sus cabellos cambiaron al igual que sus ojos

- ¿Qué quieres? - la voz era raposa, masculina y molesta

- Vaya, nunca pensé hablar contigo siendo tú un hombre, eso es sorprendente - se burló la castaña

- Al punto, no tengo toda la vida para hablar contigo

- En fin, vengo a decirte que estoy contigo - la otra entre cerró los ojos - Hablo enserio - Jennifer estaba sería - Te lo probaré

- Dame un hijo, quiero un hijo - Jennifer se sintió asqueada, ella no quería un hijo de la persona que le arruinó su existencia - Si me das un hijo puedo confiar en ti

- Yo... - aquello dejo en el aire a Jennifer, ella tenía que hacer de todo por su amada - Está bien, pero solo lo sabremos tú y yo

- Por mí no hay problema, yo solo quiero un contenedor y se lo fuerte que eres, por eso te lo pido. Además, que sería la mejor manera de rendirme lealtad

Jennifer volvió al infierno y fue directamente hasta donde estaba la espada, no sabía cómo decirle a su amada que tendría un hijo con el ángel que las separó, todo lo que sucedía la superaba, pero debía liberarla y eso implicaba hacer cualquier locura

- Lizabeth - su voz sonaba apagada - Quiero hablar contigo

- ¿Qué hiciste? - le dijo con reproche

- Tendré un hijo con Samael - el aura oscura de la espada fue más densa - Lo tuve que hacer para estar un paso más cerca de que salgas

- Vete, Jennifer - la chica comenzó a llorar - No quiero hablar contigo, no ahora

Jennifer se fue siendo un manojo de lágrimas. Ella se sentía muy mal por aquello, Lizabeth estaba aguantando todo lo que ella hacía, que ella fuera la mujer de Lucifer le había enojado y ahora que tuviera un hijo de Samael era la gota que derramó el vaso