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Ese día era el cumpleaños de uno de los tantos hijos de Yonghwan, parecía que les querían hacer competencia. El pequeño cumplía cuatro añitos y le habían una fiesta muy grande, había mucha gente y por un momento pensó en no llevar a Yeosang y quedarse en casa con él pero ahí estaban en la sala de la casa de su cuñado viendo una película.

— ¿Qué ves mi vida? ¿Qué ves?—sonrió con ternura viendo la sonrisita de Yeosang— ¿Los globos de animalitos? ¿Quieres un perrito? Yo te busco un perrito mi amor, quédate ahí.

También le habían pintado una abejita en la mano a Yeosang, se veía muy feliz con su abejita y su perrito.

Mingi abrazaba el cuerpo de San y lo tenía pegado a él, ambos estaban alejados en un columpio de esos que eran como una silla, San cuando vió que estaba solo corrió a abrazarlo, después de todo Mingi siempre estuvo con él cuando estuvo en cama enfermo y ahora era su turno de acompañar a su lindo hermano, el quería encargarse de devolver el brillo que tanto caracterizaba a los ojos de su hermano, quería volver a ver una galaxia en los ojos de Mingi junto con esa radiante sonrisa, ya había olvidado la sonrisa de Mingi.

— ¿Te quieres teñir?—Asintió— ¿De qué color?

— Azúl.

— Es un color muy bonito ¿te gusta el azúl?

— Es mi color favorito.

— Ahora me gusta el azúl porque te gusta a ti, te llevaría a un campo de hortensias solo para verte feliz ¿Mimi? ¿Te sientes bien? Ven, quédate conmigo.

San tapó los oídos de su hermano y empezó a decirle cosas bonitas, no tenía que tener miedo porque no iba a pasar nada. Estaban lanzado fuegos artificiales porque suponía que habían terminado de cantar la canción de cumpleaños, Seonghwa y Hongjoong debían estar pasándola mal con Sanggie.

— Me voy a quedar contigo porque sé que te dan miedo y no quiero que tengas miedo ¿si? El príncipe Sannie cuidará a su lindo tesoro.

Mingi al escuchar las palabras dichas por su hermano sintió un pequeño calorcito en su pecho, Sannie se había preocupado por él.

Había llevado a Mingi a la casa pero algo lo detuvo y era Hongjoong discutiendo casi a gritos con Yonghwan por el tema de los fuegos artificiales ¿Cómo pasaba por ahí sin pasar por el medio?

— ¡Tú sabes muy bien lo de Yeosang, al menos sin sonido Yonghwan!

— ¡Entonces no hubieras venido, no voy a cambiar algo del cumpleaños de mi hijo solo porque tu hijo es un retrasado y tu otro hijo un ridículo!—Dijo cuando notó la presencia de Mingi en la habitación, ya reconocía ese olor a durazno característico de su sobrino.

Hongjoong no sabía que iban a lanzar fuegos artificiales porque no le habían dicho algo de ante mano, solo había ido porque era el cumpleaños de su sobrino.

— ¡No le digas así a mis hijos!

San apretó la mano de Mingi y se lo llevó a la sala que estaba vacía, solo habían globos y decoración.

— No eres un ridículo Mimi, no le hagas caso...tú no tienes la culpa de tener una fobia tan mala—lo pegó a su cuerpo pasando su mano repetidas veces por su espalda.

Se fueron justo en ese momento, Hongjoong no iba a permitir que sus hijos siguieran ahí, ya entendía porque Kyungmoon no quiso ir allí.

— Perdonanos Sanggie, no lo sabíamos, ve a acostarte mi amor, Yuyu se acuesta contigo.

Hongjoong estaba muy arrepentido de haber llevado a sus hijos a esa casa.

Los siguientes días Seonghwa estuvo observando atentamente el comportamiento de Mingi y se sentía mal por su pequeño Omega, iba a ser un gran esfuerzo el que iba a hacer porque no quería otra cosa en su casa pero su hijo necesitaba compañía.

Su hijo dormía cuando entró en su habitación, dejó la pequeña cajita en su cama y suspiró dejando a su hijo solo, quería que lo viera de sorpresa. Sabía lo mucho que Mingi había deseado tener un perrito.

— ¿Un perro? ¿Por qué hay un Pomerania bebé en mi cama?

Se acercó al animalito y acarició su cabecita logrando despertarlo, era muy bonito y muy pequeñito.

— Hola bonito ¿Tendrás nombre? Mmh...parece que no...¿y esto?

para que tengas un mejor amigo y ya no te sientas más solo ♡
Atte: tú papi, Seonghwa.

— ¿Es para mí? Ooh, entonces tú serás mi nuevo compañero, hay que buscarte un nombre.

Quién diría que ese pequeño animalito peludo cambiaría su vida y la llenaría de vida, ese pequeño había rellenado un pequeño espacio en su corazoncito vacío.

𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐯𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐤'𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora