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Ya era casi un año sin Mingi, no estaba tan bien realmente, los regaños habían aumentado y él se quedaba encerrado en su habitación, solo salía para ir a clases y para comer, no quería salir y que Hongjoong lo regañara más, quería a su hermano de vuelta.

— ¿Quién es mi príncipe favorito?—Seonghwa se sentó al lado de Yeosang que veía una película en la televisión, las de Star Wars se habían vuelto sus favoritas aunque algunos personajes le dieran un poquito de miedo— ¿Y mi otro prin-? ¿Wooyoung? Dios...—Suspiró agotado subiendo las escaleras— ¿Qué pasa cielo?—tocó la puerta esperando la respuesta de Wooyoung.

En la cena estaban comiendo tranquilos y en paz, hasta que Hongjoong volvió a empezar.

— Deja el pie por favor.

— Déjalo—Se metió Seonghwa sintiendo la mirada de Hongjoong sobre él.

— No te metas.

— Cállate.

— Seonghwa.

— Cállate.

— Solo le dije que dejara el maldito pie en quieto.

— Cállate—Subió el tono de voz asustado a los presentes en la mesa.

Habían empezado a discutir, no era la primera vez en la semana que lo hacían, estaban cansados de que lo hicieran.

Cosas como vete de mi casa o insultos llegaban a los oídos de sus hijos que estaban escondidos en la habitación de Yunho y Yeosang, esa no era una discusión como las demás que había tenido porque Seonghwa nunca había llegado a echar a Hongjoong de la casa de esa forma, lo máximo que había hecho era no dejarlo dormir con él o ignorarlo, pero eso ya era otro extremo, lo estaba sacando de la casa.

— No es tu culpa Woonie—San abrazó más fuerte a su hermano.

Estar sin Hongjoong en casa era raro, una cosa era que se fuera por el trabajo porque sabían que iba a volver, pero en esa situación sabían que no iba a volver en un tiempo o que quizás no volvería más.

— ¿Se van a separar?—Jongho lo miró asustado.

— No Honnie, papá y yo no nos vamos a separar mi amor, no pienses en eso.

Jongho asintió y abrazó a Seonghwa con un nudo en la garganta, no quería que sus papás se separaran.

Hongjoong había vuelto a la casa después de casi un mes viviendo con Yonghwan y sus quinientos hijos insoportables porque no quería molestar a Kyungmoon. El contacto entre la pareja era nulo, solo hablaban cuando Hongjoong volvía de ver a Mingi, de resto no hablaban y apenas se veían. Y ese contacto se redujo cuando Seonghwa empezó a llevar a otra persona a la casa, Hongjoong se sentía traicionado de cierta forma, incluso había querido arreglar las cosas con Seonghwa pero el temor lo había consumido. ¿Y si Seonghwa lo cambiaba por ese alfa? Él no quería ser reemplazado, él amaba demasiado a Seonghwa y había reconocido que había sido una mierda con Wooyoung y quería disculparse pero Seonghwa no lo dejaba acercarse a ninguno, tendría que esperar a que Seonghwa saliera para poder hablar con Wooyoung pero el problema era que Seonghwa no salía más que para ir al supermercado que literalmente estaba en frente de la casa así que volvía rápido y no le daba tiempo, él quería arreglar las cosas.

— ¿No te han dicho que eres muy lindo?—Yeonjun empezó a hacer trencitas en el pelo de Wooyoung, había invitado a salir a Wooyoung y lo había llevado a su casa porque había empezado a llover y su salida se había ido a la mierda.

— No mucho.

— Entonces yo te lo diré cuantas veces quiera para que sepas lo hermoso que eres.

Wooyoung sonrió levemente y se dió la vuelta para abrazar a Yeonjun, su amigo se estaba volviendo su nuevo lugar seguro, pasar tiempo con Yeonjun le causaba tranquilidad y más si era en la casa de su amigo, no le gustaba su casa.

— Eres demasiado lindo.

— Tú también eres lindo Junnie.

¿Estaba mal que le gustara su amigo? ¿Estaba mal que le gustara otro Omega? Esas preguntas daban vueltas por la cabeza de Yeonjun mientras miraba a Wooyoung dormido sobre su pecho, estaba un poco confundido.

— Mi papi me dejó quedarme contigo hoy, me va a traer ropa en un rato.

— Que bien Woonie, ¿qué quieres hacer hoy?

Tuvo que usar ropa de Yeonjun porque Seonghwa nunca había llegado, era muy calientita y le quedaba un poco grande pero era cómoda.

— Es cómoda.

— Entonces quedatela, no va a ser el fin del mundo porque un lindo flan se quedó con mi sudadera.

— Ya deja de burlarte de mi pelo—Se quejó pegándole en el brazo escuchando su risa.

Esa noche había experimentado algo que nunca había hecho, esa noche dió su primer beso.

𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐯𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐤'𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora