-¡Sí! -contento- aquella empresa no es que me tratará muy allá, gracias por conseguirme una oportunidad aquí.
-Kim me debía una –sonrió leve-.
- ¿Conoces al jefe? –perplejo- ¿a Taehyung?
-Así es –rio- tu jefe y yo fuimos a la misma universidad, él estaba un año más abajo que yo.
Quizá no le contara nada de nuestra relación en aquel entonces a mi primo; no soy una persona que le guste hablar de sus sentimientos. Recordemos que no era un chico de tener relaciones serias.
-Wow...que fuerte –ríe- ¿algo que no me hayas contado? –vacila.
Solté una risa y me senté en el sillón mientras pensaba si contarle con detalles mi relación con Tae o si solo decirle que estuvimos juntos y ya.
- ¿Te acuerdas que te hable de que había tenido una relación seria entre comillas?
-Aja...con un chico si no recuerdo mal.
-Eso es –suspire- bueno, ese chico era Tae.
Un leve silencio se hizo al otro lado de la línea mientras evitaba no reírme por imaginarme la cara de póker que se le ha quedado a mi primo ahora mismo.
- ¿Cómo? –confuso- ósea, ¿¡que?!
Solté una risa rápida al escuchar el tono de asombro que tenía y me levanté del sofá.
- ¿Has terminado allí ya? Paso a buscarte, te invito a comer y te cuento todo –rio-.
- ¡Con detalles incluidos! –eufórico-
-Está bien –reí- con detalles incluidos.
-Te espero en la puerta entonces, ¡no tardes Jeon Jungkook! Te conozco.
-Que no –alargo la "O"- en cinco minutos estoy ahí.
Colgué el teléfono mientras reía y subí a mi cuarto a cambiarme de ropa y darme una ducha rápida, dado que había vuelto de correr y estaba todo sudado.
Una vez salí de esta, opté por un conjunto de tela vaquera, una camiseta básica blanca y unas zapatillas blancas; empezaba a hacer fresco ya por Seúl.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-
Llegue dos minutos tarde a los acordados con mi primo, pero tenía que disfrutar de Starting Line mientras conducía; era un pecado dejar esa canción sin acabar.
Aparqué y por la ventanilla pude visualizar como Jay se despedía de Tae, mientras este le decía algo a lo que el menor sonrió y caminó hacia mi coche. Una vez dentro, seguí a Tae con la mirada, viendo cómo se iba con Jimin en el coche de este.
-Llegas tarde –vacila- dijiste cinco minutos y has tardado siete, a un modelo como yo no se le puede hacer esperar, el tiempo es oro –bromea-.
