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Keonhee
Desperté sobresaltado al oír el ruido de una puerta siendo cerrada con mucha fuerza. Froté mis ojos y revisé la hora en mi celular.
01:30 de la madrugada.
Tanteé a mi lado en la cama, frío al tacto, lo que indicaba que Seoho aún no se acostaba. Me levanté y me envolví en una de las cobijas de su cama. Para estar a finales de otoño, el frío en medio de la noche era terriblemente cruel; caminé hacia la sala de estar encendiendo las luces, pero él no estaba ahí, así que me dirigí hacia su pequeño estudio.
Toqué suavemente la puerta, dando un gran bostezo y me cuestioné si era mejor regresar a la cama para dormir pues en unas horas tendría que levantarme de nuevo para ir a las clases de la universidad.
ㅡ¿Keonhee? ㅡescuché a Seoho preguntar suavemente desde dentro. Suspiré y abrí la puerta para encontrarlo sentado frente al escritorio, sus gafas se sostenían del puente de su nariz y debajo de sus cansados ojos comenzaban a hacerse visibles unas feas ojeras.
ㅡ¿Aún no terminas? ㅡhice un puchero al verlo trabajando con insistencia frente a la computadora. Seoho estaba casi en la recta final para titularse, lo que lo tenía trabajando hasta tarde toda la semana.
ㅡYa casi termino ㅡsonrió con cansancio. Se separó de su escritorio con ayuda de la silla con rueditas y abrió sus brazos. Lo miré extrañado ¿Quería un abrazo o solo se estiraba?
ㅡ¿Cuánto te falta? ㅡcuestioné acercándome a él para ver si podría ayudar.
ㅡPoco ㅡpalmeó entonces sus muslosㅡ, ven aquí, bebé.
ㅡPero necesitas trabajar rápido y terminarás pronto, entonces podremos ir a dormir a la cama ㅡfinalicé de hablar con un puchero sin querer.
ㅡLo sé, pero tu también necesitas descansar ㅡme tomó de la mano, tan suave como siempre era, y me ayudó a sentarme en su regazo debido a que la gran cobija en la que iba enredado me hacía torpe.
ㅡDuerme un poco en lo que termino ㅡsentí un delicado beso en mis labios y sonreí, acomodándome, dejando descansar mi cabeza en su hombro mientras mis brazos lo abrazaban, cubriéndonos con la cobija.
No supe en qué momento me quedé tan dormido, ni cuando terminamos recostados en la cama. Lo único que sabía era que quería con toda mi vida era que la maldita alarma dejara de sonar para poder seguir acurrucado con Seoho.
ㅡKeonhee, es hora de levantarse ㅡescuché a lo lejos al dueño de mi corazón y una pequeña sonrisa se formó en mis labios cuando abrí levemente los ojos y mi mirada se encontró con la suya.
ㅡPero no quiero~ ㅡdije alargando la última letra, lo que menos deseaba era ir nuevamente a la universidad.
ㅡVamos, Keonhee, si no te levantas, llegarás tarde a tu presentación ㅡsentí un pequeño beso en mi mejilla, pero inmediatamente salté de la cama al recordar que tenía una presentación que hacer sobre un tema -aburridísmo- de una de mis clases.
