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Capítulo 23. Zenit.

Como iba a explicar esto ahora, ella se encontraba en un palacio uno que desconocía, de hecho al único que reconocía era a Lucas y eso por haberlo visto el día del debut, pero no entendía que hacía ahí, por un momento no sabía que hacer hasta que vio a alguien familiar entrar.

Gilgamesh - Veo que si la trajiste - dijo de manera muy tranquila

Lucas - Solo hice lo que me pediste papá - alzó los hombros y sonrió

Gilgamesh - Es bueno verla de nuevo señorita Zenit - saludo a la joven

Zenit - Es.. Este yo, es un gusto verlo su majestad - hizo una reverencia

Gilgamesh - No es necesaria tanta formalidad - detrás de el apareció el gate of babylon - toma quería darte esto - le dio a la joven un collar con una gema verde

Zenit - ¿Para mí? - dijo confundida

Gilgamesh - Si para ti, es un obsequio, ¿o acaso no te gusta? - miro a la joven

Zenit - Si, si me gusta, muchas gracias su majestad - tomo alegre el obsequio

Gilgamesh - Me alegra que te guste, deja que te lo ponga - se acercó a la joven

Zenit - Claro su majestad - le entrego el collar para que se lo colocará

Gilgamesh le coloco el collar y al hacerlo dijo en voz baja un hechizo, Lucas noto eso de inmediato, el collar no era un objeto cualquiera, era más bien un objeto mágico hecho solo para un propósito.

Gilgamesh - De preferencia úsalo siempre, tiene un hechizo protector así que mantén lo contigo - sonrió levemente

Zenit - Claro que si rey Gilgamesh, disculpe... ¿Pero no estoy en Obelia verdad? - pregunto curiosa

Gilgamesh - ¿No te lo dijo Lucas?, estas en Uruk mi imperio - dijo orgulloso

Zenit - Su imperio... - no lo podía creer, minutos atrás estaba en la mansión Alfierce y de la nada estaba en otro imperio

Gilgamesh - Lucas llévala de vuelta a casa, tengo cosas que hacer otro día podemos tomar algo - se despidió y salio de aquella habitación

Lucas - Bueno ya oíste a mi padre, te llevaré de vuelta a tu casa - tomo a la chica de cabello castaño del brazo

Zenit - Si - dijo con cierto nerviosismo

De un abrir y cerrar de ojos ya estaba de vuelta en su cuarto, Lucas estaba a punto de irse hasta que la chica lo detuvo.

Lucas - ¿Qué quieres? - dijo con cierta molestia

Zenit - Gracias por traerme de vuelta a casa, ¿te llamas Lucas no es así? - dijo nerviosa ya que el chico por alguna razón la ponía así, más como alguien intimidan te

Lucas - Príncipe Lucas para ti, porque te recuerdo que soy hijo del rey Gilgamesh - dijo con cierto orgullo

Zenit - Lo siento, no lo sabía príncipe Lucas - se sentía algo apenada por ello

Lucas - No importa, tengo que irme ya, quede en ir a ver a una amiga hoy - chasqueo los dedos y desapareció

Zenit - Ya se fue... - dijo algo desanimada

No sabia que hacer con su tiempo, estaba aburrida recordó el nombre del imperio del rey Gilgamesh y tuvo curiosidad así que busco algún libro para leer sobre dicho imperio, no encontrando nada, así que termino yendo a ver a Kiel para preguntarle si tenían algún libro sobre este.

Zenit - Kiel, disculpa... ¿Sabes si tenemos algún libro sobre el imperio de Uruk? - se acercó al chico el cual estaba leyendo un libro

Kiel - ¿imperio de Uruk? - miro confundido a Zenit - creo que no, mejor ve y pregúntale a mi padre el debe de saber mejor que yo

Zenit - Esta bien - dijo un poco desilusionada

Fue hasta la oficina del duque, lo encontró hablando con un hombre de cabello negro, de alguna manera le recordaba a alguien.

Zenit - Disculpe las molestias, no era ami intención interrumpir

¿? - No interrumpes nada, ¿necesitas algo señorita? - pregunto de manera amable

Roger - ¿Qué necesitas Zenit? - cuestiono

Zenit - Quería saber si teníamos algún libro que hable sobre el imperio de Uruk - dijo nerviosamente

Roger - Mmm... Bueno si tenemos, pero antes no se llamaba así, su nombre cambió debido a que el rey Gilgamesh conquistó ese imperio, no se si la información que tiene te sirva de algo - se levantó de su asiento y camino al librero que tenía cerca - debe ser este

Tomo un libro algo ancho como de 600 páginas y se lo entrego a la joven.

Roger - Toma, ahora vete, tengo asuntos que atender - le dio el libro

Zenit - Muchas gracias - se fue contenta de ahí

¿? - Ese collar... ¿Se lo diste tu? - cuestiono

Roger - Se lo debí de haber comprado y ni me acuerdo - dijo sin darle mucha importancia

¿? - Esta bien - no le presto más atención al asunto

Zenit fue a su habitación contenta y se puso a leer el libro, estaba emocionada ya que quería saber más sobre aquel lugar, ya que lo poco que pudo ver llamo tanto su atención porque era diferente a todo lo que había visto, aquel palacio no tenía nada que ver con el de Obelia, era más exótico si se podía decir así.

Zenit se sentía algo extraña después de un buen rato, tenía mucho sueño y dolor de cabeza, así que dejo de leer y se acostó para dormir un poco, para ver si así se sentía mejor.

Mientras tanto en otro lugar el rey y Lucas se encontraban hablando.

Lucas - ¿Para que sirve el collar que le diste a la quimera? - preguntó curioso

Gilgamesh - Bueno, ese collar va a eliminar la maldición con la que ella carga - dijo como si nada

Lucas - ¡¿Espera que?! - dijo con sorpresa

Gilgamesh - Eso es lo que hace, recuerdas el tiempo que estuve fuera, pues me la pasé buscando esa cosa y además en caso de... Conseguí otra cosa - le guiño el ojo

Lucas - ¿Qué otra cosa? - pregunto con curiosidad

Gilgamesh - Me imagino que alguna ves has oído hablar del árbol del mundo

Lucas - Si se sobre el - ya comprendía por donde iba la conversación

Gilgamesh - Entonces ya debes de tener una idea, no tengo que decirte más - sonrió y siguió con su trabajo

Lucas - Como dices no es necesario que me digas más, solo tengo una duda, ¿quieres quitarle la maldición para que no perjudique a Athy verdad?

Gilgamesh - Si en parte, además leí que un niño nacido de esa manera termina muy mal, perjudicado por la misma maldición, y vi como en el futuro morirá de una forma horrible, así que solo le estoy evitando tanto dolor - miro a Lucas de reojo

Lucas - Entiendo - suspiro y se fue de ahí - ¡iré a ver a Hari!

Gilgamesh - Si ve

El Rey se quedo ahí solo revisando los papeles y en parte metido en sus recuerdos, en una amistad tan lejana que parece que nunca existió.