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—Buenos días, amor.

Fue despertado con leves caricias sobre su sien. TaeHyung abrió lentamente sus ojitos para encontrarse con la escena perfecta: su novio estaba con los cabellos revueltos y sus ojos modorros, pero aun así decidía dejar pequeñas caricias en su rostro, mientras que con la otra mano acariciaba la cintura del mayor.

—Son buenos por amanecer a tu lado, bebé. —Se acercó para saborear los labios del alfa en un movimiento lento de disfrute, acurrucándose más en los brazos de su pareja—. Odio tener que levantarme después de una sesión de besos matutina.

—Yo igual, pero ambos tenemos que ir a trabajar.

—También odio eso. —Con mucha fuerza de voluntad, logró sentarse en la cama, aún entre las mantas—. ¿Por lo menos me harás el desayuno antes de irme?

—Ni lo pienses cariño, es tu turno, yo lo hice ayer. —JungKook sonrió cuando TaeHyung hizo un puchero con el entrecejo fruncido.

“Alfa tonto.”

—Ahh… eres cruel, Kook.

—Tal vez no lo sería si no tuviera un omega tan consentido.

—Es tu culpa por hacerme de esta manera. —Le lanzó un peluche a JungKook y se levantó rápidamente, riendo mientras veía enfurruñado al peliazul.

—Me lanzaste a Cooky…

—No me digas.

—¡Cooky es sagrado!

—Pues tal vez no lo hubiera hecho si no me hubieras quitado a Tata anoche. —En un acto infantil, TaeHyung le sacó la lengua mientras le lanzaba nuevamente el peluche, el cual JungKook atrapó en el aire. TaeHyung, sabiendo lo que seguía, ya tenía un pie fuera de la habitación.

—De esta no te escapas, Kim TaeHyung.

Ambos salieron corriendo de la habitación por el pasillo, riendo sin parar, mientras JungKook trataba de alcanzar al pelinegro.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo tomó del brazo y lo atrajo hacía él, ambos cayendo abrazados sobre el sofá y no pudiendo evitar reír por ello. JungKook tomó sus manos, y las retuvo con las propias a los costados de su cabeza.

—Dime una cosa Tae, ¿por qué mi novio actúa como un niño cuando estamos juntos?

TaeHyung sonrió cuando sintió sus mejillas —sonrojadas— ser acunadas por el peli azul, liberando su agarre para él poder abrazarse al alfa—. Porque sólo contigo me siento bien siendo auténtico.

—Admito que me siento especial.

—Deberías, porque lo eres...

No pudieron evitar besarse nuevamente. Las palabras salían sobrando cuando sus caricias y esos pequeños actos demostraban más su amor. Y la conexión de sus ojos brillantes era más especiales que los de toda una noche estrellada.

Pero cuando el momento no podía ser más preciado, una alarma, al fondo del salón, los hizo separarse.

—Basta, TaeHyung. —Lo ayudó a levantarse junto consigo—. No queremos llegar nuevamente tarde y que tu jefe gruñón te quiera despedir por ello.

—Sólo uno más, ¿sí? —dijo, señalando sus labios. El alfa volvió a negar—. Anda Kookie, sólo uno.

—No.

—Por fi~. —Batió sus pestañas coquetamente.

JungKook suspiró, completamente derrotado—. Uno y ya, ¿okay? —Volvió a atraerlo hacía a él y lo atrapó en un beso, un poco más desesperado y frenético que el anterior, al que TaeHyung no puso ninguna objeción.

Tokki | ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora