8 Pt. 1

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Entraron un poco despabilados a su hogar, con risas provenientes de sus voces desconciertas. JungKook lanzó lejos sus zapatos, mientras tenía aferrado a TaeHyung, con sus piernas rodeando su cadera y sobre su espalda, como si de un pequeño koala alegre aferrándose a su eucalipto se tratase.

Al dejarlo en el sofá, cobró venganza de la situación.

—JungKook, basta. —Reía sin algún tipo de control. Apenas estaban en el salón y el alfa ya iba a enloquecerlo con tantas cosquillas sobre su cuerpo, que lo hacían removerse.

—A ver, pídelo de nuevo, cariño, que no te escuché —susurró sobre sus labios, mandando una oleada de escalofríos en el azabache.

TaeHyung, entre el efecto del alcohol y la notoria insinuación, no pudo evitar ruborizarse—. ¡Ya JungKook! Deja de ser un pesado.

—Es tu culpa por haber empezado.

—Tal vez no hubiera empezado si cierto alfa, que resulta ser mi precioso conejito, hubiera aceptado bailar conmigo en la fiesta. —Le sacó la lengua, cual niño de preescolar.

—¡Es que no sé bailar, Tae! —Hizo un pucherito con sus labios—. ¿Crees que no me puse celoso cuando ese estúpido primo de YoonGi te invitó a bailar?

—Pero no bailé con él, Jeon.

—Eso no impidió que te haya visto, ¿quién se cree?

TaeHyung negó divertido—. Por la Diosa Luna JungKook, ¿no entiendes que mis ojos siempre están en ti, sólo en ti? —Besó sus labios fugazmente, cuando JungKook tuvo intenciones de profundizar el tacto se alejó unos centímetros para verlo—. Como sea, apenas llegamos y todavía no me dejas ni siquiera quitar este horrible traje de pingüino.

—Si tanto te disgusta, yo puedo ayudar a quitártelo —soltó con evidente picaría.

El omega atinó a rodar los ojos—. Tranquilo campeón. —Lo apartó y se sentó recto en el sofá—. Primero quisiera tomarme una ducha, aún siento lo empalagoso del pastel por toda la cara.

—Si quieres ducharte, entonces eso haremos. —Posó una de sus manos sobre su muslo y dejó una caricia ahí.

Era idea suya, ¿o JungKook estaba algo —demasiado coqueto esa noche? ¿Acaso el vino tenía viagra o qué estaba sucediendo? Rio por la tontería que acababa de pensar.

Apartó la mano cuidadosamente—. Tomaré la ducha… solo, JungKook.

—Ah, ¿por qué eres así? —se quejó el alfa.

—Porque si nos bañamos juntos, haremos todo menos eso, y en serio quiero quitarme todo resto de glaseado. —Antes de tener oportunidad de pararse sobre sí mismo, JungKook ya estaba impidiéndoselo, sus manos tomando sus brazos con posesión.

—Espera, Tae. —Jeon lo abrazó de la cintura, lo atrajo hacía él y restregó su nariz en la curvatura de su cuello, apreciando el olor de su colonia y recibiendo un pequeño jadeo del omega por la repentina acción—. Cariño, no tenemos prisa.

Su voz comenzó a ser más gruesa contra su oído, y TaeHyung entendía lo que sucedía.

—Yo sí, Jeon. Tal vez no lo parezca, pero estoy cansando. Haber soportado los nervios de JiMin toda la mañana no fue tarea sencilla.

—¿Y crees que los de YoonGi sí? —Escuchó el eco cercano de su voz gruesa—. Ese par iban a volverme loco.

—Iban a volver locos a todos, hasta NamJoon quería irse de la frustración. ¡NamJoon, que es el más pacífico de todos! No sé para qué hacen planes si al final quieren arrepentirse. Lo bueno es que ahora ya están felices… digo, nadie esperaba que YoonGi fuera a tirar el pastel, o que JiMin quisiera cancelar la fiesta de última hora, ni que casi ambos dejan a YeonJun en casa…

Tokki | ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora