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No fue tan fácil como hubieran querido. Para que TaeHyung pudiera marcar a Jeon —y asegurar la estabilidad del alfa—, tuvieron que esperar al siguiente celo del omega. No sólo eso, sino que JungKook estaba insistente en ir con el profesor Jung cada que tuvieran oportunidad: así tal vez calmaría sus nervios con respecto a todas las indicaciones que tenía que cubrir su precioso TaeHyung.

También había sido un problema resolver la brecha que se creo entre ellos. Por mucho que ahora estuvieran comprometidos, el lobo de TaeHyung se sentía medianamente traicionado, llegando a veces tener el descontrol de la inseguridad; pensando que en cualquier momento JungKook se iría y tal vez logrando el para siempre.
Para Jeon no fue mejor; el alfa estaba totalmente al pendiente de lo que hiciera su omega. Cualquier detalle que estuviera fuera de lo normal lo hacía querer retroceder con la idea de ser marcado... pero al final llegaban sus hermanos y sus padres para darle un golpe en la cabeza a ver si así dejaba de ser tan paranoico.

Lo peor, tal vez, fue asimilar que —de todo salir bien— tendría a su lobo despierto...

HoSeok y YeomRin le advirtieron que podría tener arranques de emociones contradictorias los primeros días, siendo consciente que presentaría su primer celo, y con ello muchos cambios que —en circunstancias normales— a un alfa le tomaría semanas asimilar; así que lo mejor sería estar en aislamiento para darse a conocer con su lobo. Siendo un alfa puro, esto ciertamente le producía un poco de miedo, pero ya estaba trabajando para saber como manejarlo en su momento.

Lo que más dolió, fue enterarse que no podría estar cerca de TaeHyung por algunas semanas. Ambos estarían presentando cambios con sus lobos; sí, pero JungKook representaría un mayor riesgo. Kim sería técnicamente un beta, Jeon un alfa puro; de esa combinación podría resultar en un acto demasiado territorial llegando a la posesión tóxica por parte del alfa, o en el rechazo completo del beta al no ser del todo un omega, que ciertamente el lobo de JungKook reconocería como suyo. Ninguno resultaría en circunstancias favorables.

Así que ahí estaban, en la oficina de HoSeok, ante un nuevo arranques de miedo de Jeon, como había ocurrido el resto de la semana.

Cruzó en uno de los extensos pasillos, encontrándose con un TaeHyung dormitando en su lugar al que le entregó su termo de café sin cafeína que tanto le gustaba —y por el que había salido, específicamente—, dejando un besito en su frente.

—¿Pudiste hablar con tus padres, cariño? —preguntó apenas tomó asiento a su lado.

TaeHyung hizo una mueca disconforme, tratando de esfumar el descansar de sus orbes—? No quieren saber nada de mí. SangLi habló con ellos para hacerlos entrar en razón, pero no están de acuerdo con mi decisión. —Se alzó de hombros—. No creo que vayan a aceptarlo incluso después.

—Lamento que tengas que pasar todo esto por mí. —El alfa hizo un leve puchero—. Tal vez sí tú...

Negó rápidamente, sabiendo a la perfección lo que diría—. Está bien Kookie. Mis padres de igual manera jamás estuvieron de acuerdo en muchas de mis decisiones... No me preocupaba que no lo hicieran esta vez. SangLi me apoya y es lo único que me interesa. —Lo miró directamente y sonrió—. Toda la familia que necesito está contigo; nunca lo dudes, ¿sí?

Ante sus ganas de llorar, JungKook dejó un casto beso sobre sus labios, sintiendo algo removerse en su interior.

—Basta, van a matarme con su lindura.

YoonGi y SeokJin estaba ahí: apoyándolos. Min en nombre de un JiMin que no podía despegarse de un berrinchudo YeonJun, y SeokJin con el apoyo extra de NamJoon; quien estaba de viaje en quien sabe qué situación.

Y así se la pasaban: días enteros llenándose de información, preparándose para los cambios de ambos, siendo apoyados... estando, solamente.

A veces les resultaba un día en el camino de lo tedioso, otras más en los cargos extras de emociones que dejaba su estabilidad por decir más que conmocionados. Pero era parte del trayecto, en un columpio del sube en estabilidad confortante y en el baja de permanencia de los problemas con los que debían lidiar.

Tokki | ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora