Prólogo

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Estaciono en mi plaza de garaje, miro para el salpicadero de mi Fiat seisento amarillo y al fijarme al reloj digital que esta en él veo que son las tres de la madrugada.
"Que Cansada estoy"
Me bajo, cierro mi coche y al mirar hacia un lado, veo un coche que no reconozco en la plaza de estacionamiento de mi compañero de piso, Darek.

Cuando ya estoy en la puerta de mi piso, no me da tiempo a abrirla, pues de ella sale un chico, me suena de haberlo visto otras veces, pero lo que me sorprende es que va en calzoncillos y su ropa toda arrugada en los brazos.
Me mira y me sonríe, como pidiéndome disculpas por algo, no me da tiempo a preguntar, pues se larga al instante.
Al entrar a mi piso me doy cuenta del porqué.
" oh dios mio"
Mi piso esta patas arriba, ¿ pero que a pasado aquí?. Rápidamente busco a Darek y lo encuentro en su habitación poniéndose los pantalones de pijama.
Esta de espaldas a mi, desde esta posición puedo verle su espalda definida y sus brazos marcados, al darse la vuelta puedo verle en sus ojos ese brillo irreconocible de haber tenido una noche de pasión. Sus ojos ámbar están radiantes con su pelo rubio rizado revuelto. A veces me quedo embobada mirando su cuerpo escultural, pero solo somos amigos y aunque quisiera algo con él, no soy de su gusto. Es gay.

-¿ Como te ha ido el día, bichito?- me dice Darek con esa sonrisa que volvería loca a cualquiera.

-Mejor que a ti seguro que no, ¿porque se a ido así el chico? Por cierto, tienes que recoger el piso- le digo con la mejor cara de enfadada que tengo, pero no me sale bien.

-No te hagas la enfadada con migo bicho, ya sabes que no puedes, me adoras.- Se ríe y me mira fijamente y no puedo evitar que una sonrisa se pose en mis labios.- Juan tenia un poco de prisa, su novio lo estaba esperando.

- La verdad es que tu con los hombres mucho futuro no tienes- le contesto- si no cambias te veo viejo y solo.

- Solo no creo, seguramente te tendré a ti- y mientras pasa por mi lado me da un azote en mi culo- Voy a limpiar un poco bicho.- se carcajea mientras va hacia la sala de estar, me quedo mirándolo embobada, este chico es perfecto y mi mejor amigo.

Ya estando en mi habitación, me dirijo hacia el tocador, me desmaquillo mi cara blanca y salen mis pequeñas pecas a la luz, la única herencia de mi padre, me recojo mi pelo rojizo en una coleta, cojo una toallita desmaquillante para quitarme los últimos restos de maquillaje en mis ojos.
"Vaya ojeras..."
Mis ojos verdes esmeralda se notan cansados, llevo varias semanas sin tener un día libre.
Entre mi trabajo de camarera entre semana y de violinista en galas benéficas los fines de semana no tengo un respiro.
Voy hacia mi closet y me pongo el pijama más abrigado que tengo.
En las últimas semanas ha refrescado bastante.
Pongo el despertador a las siete, mañana me toca trabajar en el Starbucks de mañana.
Me arropo en mi cama con mi peluche de mariquita entre mis brazos, el primer regalo que me hizo Darek, de ahí viene el diminutivo hacia mí de "bicho".

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