Estoy a solo un suspiro de sus labios. Inconscientemente paso mi lengua por los míos, humedeciéndoles.
Se me ha quedado la garganta seca, la noto como si de una lija se tratara, trago saliva pero no sirve de nada.
Nathan me tiene fuertemente sujeta contra su pecho, con sus brazos alrededor de mi cintura.
Se siente tan bien estar cerca de él, su aroma me tiene cautivada desde el primer día, le tengo que preguntar que colonia usa.
Ante mis pensamientos me empiezo a reír tímidamente y al levantar mis ojos veo el azul de medianoche de los suyos, mirandome seriamente, a lo que yo también me pongo seria, o más bien lo intento.
-¿Estas bien?, ¿pero que te ha pasado?- me dice Varius mirándome fijamente, y no puedo evitar que un rubor se deposite en mis mejillas.
-Que..¿Que me ha pasado? Pues...- le digo poniendo un dedo en mis labios con gesto pensativo, me doy media vuelta sin que Nathan desaga su agarre, quedando mi espalda contra su pecho- ¿ves eso de ahí?, eso es lo que me ha pasado.
Le señalo la botella de tequila vacía encima de la barra y no puedo evitar dispararle con mi dedo, como si fuese una pistola "pum".
- Oye Na-nathan, creo que ha mi pistola le pasa algo, ¿tu me prestas una que funcione?- me pongo nuevamente frente a el y hago un puchero con mis labios lo mejor que puedo.
No creo que me haya salido muy bien, sigue serio, pero veo un brillo en sus ojos que me dicen lo contrario y noto como no puede apartar sus ojos de mis labios.
-Vamos, que te llevo a casa. -Me dice cogiendo mi bolso.
No me da tiempo a responderle ya que me esta arrastrando hacia la salida, me suelto de sus fuertes brazos y camino junto a él lo mejor que puedo manteniendo la cabeza bien alta.
- Mira que eres orgullosa, y eso me vuelve loco- Nathan me lo dice con una mirada felina y no puedo evitar reírme.
Me tengo agarrar a el para no caerme, pues de la risa se me han aflojado las piernas, no se si sera efecto del alcohol pero al estar cerca de el mi cuerpo reacciona de manera extraña.
Me levanta la barbilla para poder mirarme a los ojos y siento como me come con la mirada.
- Me encanta oírte reír, espero escucharte más a menudo después de esta noche.- Lo dice con una sonrisa que hace que mi interior arda, expandiéndose hasta los más profundo de mi ser, quemándome por donde pasa, notando los latidos de mi corazón fuertemente en la base de mi cuello.
Poniéndome seria le hago la pregunta que he querido decirle en toda la noche, el motivo de haberlo llamado y es que no se en quien mas podría confiar, es un poco triste que la única persona en a que puedo confiar aparte de Darek sea él, si apenas lo conozco.
- Me da vergüenza pedirte esto, pero necesito quedarme en tu casa, de lo contrario lo más probable es que me quede durmiendo en un parque y un indigente me viole y me mate- Le digo aguantando la sonrisa lo mejor que puedo.
Lo miro los ojos, esos ojos que sé que me guardan secretos
Me mira desafiante, y noto como esconde una sonrisa mirando para otro lado.
Le cojo de las mejillas de su cara con ambas manos, lo aprieto cómo si fuera un bebé, asiendo que ponga morritos con sus labios, esta muy sexy.
- Por favor, porfi, porfi, no puedo dejar que Darek me vea en este estado, porque se que me agarrara los pelos y me tirará de las orejas por todo lo que le he hecho.
-¿Que le hiciste?- Me lo dice sin rodeos, agarrando mis manos y poniéndomelas a mis lados soltandolas rápidamente, dejándome con ganas de ese contacto, ademas a el que le importará mi vida privada, pero se me ocurre una idea.
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Confía en mí
RomanceLa vida de Alexia Green hasta ahora había sido monótona y aburrida. Si no hubiese sido por su mejor amigo Darek, hubiera caído en una terrible depresión. Alexs se quedo sin ningún familiar a la edad de 20 años. Pensaba que en su vida no había sitio...