Capítulo 4

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-- Oficial.-- Saludó Arturo lo más crédulo posible, tenían delante a un compañero de Danielson.

-- Joven Arturo, ¿tiene algo que no me haya dicho en declaraciones?-- Respondió, él, al igual que los demás, era un buen actor.

-- Eso creo, señor.-- Susurró.

-- Déjanos sólos, ya sabes que los interrogatorios son confidenciales.-- Ordenó Danielson y él otro hombre se apresuró a salir del lugar.--¿Qué traes?

-- Al chico.

--¿Dónde está?-- Fue rápido en preguntar.

-- Fuera.

Danielson le ordenó salir antes de llamar a Carlos, he de admitir que su aspecto era de todo menos family friendly, pura pinta de matón de barrio.

--Carlos, ¿cierto?-- Habló en cuanto vio al chico, él resopló.

--¿Por qué estoy aquí?

--¿Que sabes de Leah?-- Carlos se tensó.

--¿De quién?-- Sonó desentendido, bueno, él era el único que no sabía actuar.

-- De Leah Smith, tu camella.-- Aclaró el oficial

Carlos entreabrió los labios con intención de hablar pero fue cortado por la puerta, que se abrió bruscamente.

--¡Oficial!¡Mi hija está desaparecida!-- Declaró angustiado un hombre.

--Señor O'brien. ¿Está no es la décima vez?-- Respondió calmado. 

--¡Mi hija podría estar muerta!-- Gritó.

--¿Sabe quién si está muerta? Leah.-- Afirmó impasible.-- Señor, Daniela O'Brien tiene en su expediente 13 desapariciones exactas. Casi siempre son fiestas que se alargan, que se queda en casa de una amiga sin avisar durante 2 días.

-- Lleva cuatro dias sin aparecer.-- Murmuró.

--¿No ha estado incluso dos semanas sin aparecer por estar en casa de su mejor amiga?.Señor O'brien, habrá que esperar, estoy demasiado ocupado buscando al asesino de Leah, vaya a otra sala.-- Recomendó con lástima, él sabía que Daniela era un dolor de cabeza para ellos.

-- Lo quiero a usted, es el mejor.

-- Pero yo no puedo. Si me disculpa, estoy interrogado al hombre.-- Señaló a Carlos, quien sonrió levantando su mano en forma de saludo. Louis O'brien salió cabizbajo de la habitación.

--¿Por dónde íbamos?-- Preguntó Danielson.

-- No me acuerdo, que pena. Debería atender el caso de ese hombre, venga, adiós.-- Respondió rápidamente, poniéndose de pie.

-- O colaboras o el Bourdel clandestino que tienes de menores saldrá a la luz.-- Amenazó el oficial, como su hermana, él también sabía de que pata cojeaban todos.

De inmediato Carlos se sentó nuevamente en la silla, delante de Danielson. El oficial peino su cabello azabache preparado para interrogar, como había estado haciendo los dos días anteriores. 

--¿Cómo conociste a Leah?

(...)

Arturo era amigo mío desde hacía mucho tiempo, coincidimos en varias fiestas y desde entonces inseparables.

--¿Y esa?-- Le pregunté cuando la chica que había traído.

Era una rubia, se le veía un poco bronceada, seguro había ido a la playa en vacaciones. Tenía unos pechos medianos, cintura pequeña, caderas anchas y una perfecta curva en el trasero. Estaba buena, lo sabemos. Encima con el top negro que llevaba y los jeans ajustados, ya me contarás.

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