URUCHI WEEK 2021!!

~Dia 1 (parte 1/3)~

EXPECTATIVAS

(OMEGAVERSE)

Manuel no tenía grandes expectativas en la vida ni tampoco las necesitaba. La máxima meta que podía llegar a aspirar, al ser un omega, era casarse con un alfa millonario y parir a sus crías. Había uno detrás suyo, el hijo de un socio de su padre o más bien, el dueño de una cadena de restaurantes que le compraba verduras a su familia. Le habían prometido que se casarían luego de que ambos terminaran sus estudios secundarios.

Pero todo puede cambiar súbitamente. Todos aquellos planes y proyectos a futuro se pueden ver truncados por un hecho inesperado que resulta ser trascendente. Los hilos del destino son misteriosos y a veces, los corazones de dos personas, pueden entrar en una sincronía cósmica y necesitarse por el resto de sus vidas, sin proponérselo, sin siquiera haber nacido en una misma generación.

El día anterior había tenido una cita con su prometido, mas que nada reuniones por mero protocolo. No había necesidad de conocerse el uno al otro, el alfa se había encaprichado con él y el omega debía acatar los planes que tendrían a futuro. Cero expectativas.

—¿No te quieres casar conmigo, Manolito?— preguntó el alfa que lo pretendía.

Miguel Prado, el futuro dueño del negocio familiar. Un macho alfa de cabello negro, piel tostada y ojos dorados, con un cuerpo tan firme como su billetera.

—No lo sé— respondió desganado, jugando con la larga cucharilla sobre su copa de helado.

—Hagamos un trato —propuso de forma diplomática—. Pídeme lo que tú quieras antes de casarnos, Quiero demostrarte que voy enserio. ¿Qué quieres como regalo pre-nupcial?

—Deshacer el compromiso —pidió temeroso, sabiendo que no se le iba a conceder tal deseo.

Miguel soltó una sonora carcajada y Manuel también se rió pero con amargura. Luego sacó una porción de helado y se lo echó a la boca, tragándoselo junto con todos sus reclamos.

—No tengas miedo Manuel, seré un buen esposo y un excelente padre. Juro que nunca te faltará nada, ni amor, ni bienes materiales y le daré a nuestras crías todo lo que necesiten. Te cocinaré todos los días platillos deliciosos bebé. Imagínate, tú acunando a nuestros cachorritos en tu regazo y yo preparándote un lomito saltado con papitas, quinua, también pachamanca o ají de gallina. Bueno se que te gustan los mariscos así que un chupe de pescado con su yuquta frita, ¡Alucina bebé! Tú y nuestros cachorritos se van a chupar los dedos todos los días.

—Miguel...Tenemos apenas diecisiete años y ya estás pensando en crías y mantener un hogar. ¿No quieres disfrutar un poco más tu juventud? ¿No sé, estudiar alguna carrera o viajar?

—Mi juventud...—Miguel pensó unos segundos, pero borró rápidamente aquel atisbo de arrepentimiento—Mientras más pronto empecemos, mucho mejor bebé.

Miguel le sonrió y Manuel trató de imitar el gesto, pero el omega sólo quería llorar. De la preparatoria al altar, Manuel ya tenía su vida resuelta y pensar en esto le daba náuseas; Pero ese era su destino, para eso había nacido.

Miraba por la ventana de su salón de clases, su pupitre estaba ubicado al lado de una de estas. Le gustaba ver a los pajaritos e imaginar que era uno de ellos, volando libre junto a los otros. Todos sus compañeros de clase lo felicitaban emocionados por que pronto sería desposado por un alfa tan atractivo como Miguel, con tanto dinero y prestigio familiar.

La familia Prado era una de las más ricas de la ciudad y definitivamente Manuel tendría una buena vida; Además, Miguel era bueno con él ¿ Entonces Por qué se quejaba tanto? ¿No era ese su destino?