URUCHI WEEK 2021!!

~Dia 3~

YA NO ESTOY ENAMORADA DE TI

(NYO)

Cuando ya no estás enamorada comienzas a ver cómo es realmente la otra persona.

Te das cuenta que tu rubia perfecta es una neurótica, tacaña, testaruda, soberbia, poco detallista, egoísta, orgullosa, carente de empatía...

—¡Ta, flaca! ¿Me estás escuchando? —me interrumpió con su voz desagradable.

—Si mi amor, te escucho —le respondí rápidamente.

—¿Te perdiste en tu compleja y maravillosa imaginación de nuevo? —agitó las manos de forma exagerada.

—¿Estás siendo sarcástica? ¡Ay, Sofía! ¡Córtala, en serio! Te pones tan desagradable cuando estás en periodo de pruebas...Más desagrable de lo habitual.

Estábamos en una cafetería cerca de la Universidad. Aquel lugar es uno de nuestros favoritos pues comemos exquisitos postres y sándwiches, y hasta dejan que la Sofi lleve su propio termo de mate. Pero nuestro lugarcito especial, últimamente se ha vuelto super incómodo, siempre terminamos peleando y llamando lastimosamente la atención de todos. Hasta que a la Sofía se le ocurre pararse e irse, dejándome a mí de weona y pagando la cuenta.

—Bueno, flaca. Elegí una carrera en la cual si se tiene que estudiar  —me reclamó.

—Oh, disculpe usted, Señora Ingeniera Química. Yo, una ignorante diseñadora gráfica y no sé lo que es estudiar, me la paso dibujando en la tableta feliz tooooodo el día —respondí con histriónico sarcasmo.

—¡Eso es lo que siempre hacés! ¡Te pasas con esa tableta todo el día! ¡Ta, estás más tiempo con ese rectángulo que conmigo! ¿Me pongo celosa?

—¿Cómo puedes tú reclamarme por falta de atención? Si te preocuparas un poquito más por mí y tú me prestaras más atención. Te darías cuenta que mi carrera es tan difícil como la tuya.

—Flaca, en serio, tengo pila de cosas en la cabeza y a vos se te ocurre salir a merendar. Perdoná si no tengo tiempo para tus sentimentalismos.

—Tú, tú y tú. ¡Siempre se trata de ti, por la chucha! —respondí tan alterada que toda la cafetería se volteó a nosotras.

Ella, claramente avergonzada de llamar la atención así, se acercó a mí para reclamar en voz baja.

—¿¡Para qué me trajiste acá en primer lugar!? —preguntó conteniendo su rabia.

—Pucha quería que estuviéramos un ratito juntas, porque parece que soy la única de las dos que trata de salvar esta relación.

—¿Ya empezaste con el drama Monserrat? ¡No tengo tiempo para tu telenovela barata! Permiso.

Y tal como ha estado pasando últimamente, la rucia agarra sus cosas y se va, dejándome sola con la vergüenza, risas reprimidas de fondo y la cuenta de la torta que siempre se come a medias.

—¿Para llevar?—me preguntó la mesera, luego de respetar mis cinco minutos de soledad.

—Déjala ahí no más. No se las come después y siempre las termino botando a la basura —respondí amargada y con lágrimas asomándose por mis ojos.

—Ay, amiga ¿Qué pasa?...—me preguntó retirando los platitos y los vasos.

Francisca, la mesera en cuestión, se ha convertido en mi amiga y confidente. No me gusta mucho hablar con nuestro círculo de amigos sobre mi decadente relación con Sofía. Una para no preocuparlos y otra para no tener que escuchar sus "consejos".