Contado por ABRAM…
A veces me sorprendo de lo rápido que pasa el tiempo. Me parece que fue ayer que partimos de Ur de los Caldeos y llegamos a Harán. Han pasado tantas cosas desde entonces que me sorprendo.
Ana y Lot ya son padres de dos niñas: Tirsa y Leila.
Elam y Ada también tienen un hijo: Eliezer. Tiene diez años ya y es el orgullo de todos nosotros. Es increíble lo rápido que aprende, pues me he empeñado en enseñarle a leer y escribir. Es muy talentoso y es el hijo que la vida nos ha dado.
Nacor y Milca se han mudado a Harán y han acrecentado mucho sus riquezas, tanto que Harán es conocida actualmente como la ciudad de Nacor. Tienen tres hijos: Uz, Buz y Kemuel.
Mi padre murió hace unos tres años y fue un golpe muy duro para la familia. Por lo demás todo sigue igual. Sigo amando a mi esposa con toda mi alma y me esfuerzo cada día por hacerla feliz.
Mientras camino por las calles de Harán observo a alguien que se acerca a mí. Es extraño. Ese rostro me parece conocido. ¡No lo puedo creer! ¿Acaso mi mente me está jugando una mala pasada?
-¿Abner?-pregunto dudoso cuando está frente a mí.
-Abram, veo que me recuerdas muy bien-me dice mientras estrecha mi mano.
-Es que no puedo creer que te encuentre después de tantos años.
-Es verdad, ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo te ha ido?-me pregunta.
-Estoy muy bien. Mis negocios han crecido mucho y mi familia también. No puede irme mejor-le respondo.
-Yo sí creo que te puede ir mejor-me dice y eso capta mi atención.
-¿Ah sí?-pregunto divertido.
-Sí. Conozco a alguien que ha hecho de mi vida algo mejor. Estoy seguro que si le conoces tu vida cambiará completamente.
-¿Te refieres a tu Dios?-pregunto curioso.
-Claro que sí.
-Durante toda mi vida he estado rodeado de dioses pero ninguno me hace tan feliz como tú dices.
-Es que aún no has conocido al Dios verdadero-me dice poniendo su mano en mi hombro.
-¿Y cómo lo puedo conocer?
-Él vendrá a ti cuando menos lo esperes.
•••
Mi conversación con Abner me ha dejado perplejo. ¿Un Dios que vendrá a mí? No me lo creo. Ese Abner está loco. Debe ser la edad.
He decidido caminar un poco por ahí para aclarar mi mente. Me siento bajo un roble y me quedo mirando al horizonte. Me sorprendo cuando una brisa fresca comienza a soplar y a mecer las hojas del árbol con suavidad. Este momento me parece perfecto.
-Abram…-escucho una voz potente que me habla. Comienzo a mirar a mi alrededor y no veo a nadie.
-Abram…-escucho nuevamente.
-¿Qui-quien anda ahí?-mi voz tartamudea.
-Abram, soy Dios, el Señor de todo lo que existe. Creador de todo lo que hay-me responde esa voz desconocida.
-¿Señor?-
-Deja tu pueblo y tus familiares y vete al lugar que te voy a mostrar. Con tus descendientes formaré una gran nación. Voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás de bendición para otros.
No puedo creer lo que escucho. Estoy escuchando a Dios hablarme y me está diciendo cosas increíbles y maravillosas.
-Pero… no lo puedo creer-digo sin creerlo aun.
-Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡Gracias a ti bendeciré a todas las naciones del mundo!
Vuelvo a sentir esa brisa que sentí hace un rato y me doy cuenta que no he estado soñando. Me tiro de rodillas y apoyo mi frente en el suelo y digo en voz alta
-Estoy dispuesto a hacer todo lo que me has dicho.
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Un pacto eterno. La historia de Abraham y Sara contada desde otra perspectiva.
Historical FictionEn una ciudad convulsa llamada Ur de los Caldeos vive un hombre recto llamado Abram. Luego de un acontecimiento terrible debe abandonar su ciudad natal y adentrarse en otra realidad. Sólo que sus planes no coincidían con los de Dios...