Capítulo 10

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LOT…
Confieso que estoy algo nervioso. Mi tío Abram trae algo entre manos pues nunca sale de una fiesta así, sin más. Cuando se fue con Sarai para conversar a solas todo el mundo comenzó a murmurar, y como para cambiar el ambiente mi esposa Ana comenzó a danzar con mis hijas. Tirsa da saltitos moviendo sus manos con simpatía al ritmo de la música mientras que Leila trata de hacer los mismos pasos de Ana. Me quedo abismado al percatarme que mis pequeñas son idénticas a su madre: delgadas, con el cabello castaño ligeramente ondeado, los ojos verde aceituna, y su boquita que parece un botón de rosa. Son perfectas y las amo con todo mi ser. Ahora todo el mundo danza excepto yo, pues no puedo dejar de preguntarme el porqué de la alegría de mi tío. Unas palmadas me devuelven a la realidad y dirijo mis ojos en dirección al sonido. Es mi tío.
-Me gustaría decirles algo muy importante-dice con una inmensa sonrisa en su rostro mientras mira a Sarai.
Miles de ideas vienen a mi mente. ¿Será que la tía Sarai está embarazada? ¿O que mi tío tomará otra esposa? No, eso último es muy poco probable…
-Ustedes saben que nunca di mi brazo a torcer con respecto a los dioses-sus palabras interrumpen mis pensamientos pero me dejan más confundido aún.- Algo dentro de mí me decía que una figura de barro no podría ayudarme a mí. Y ahora estoy seguro de que tenía razón.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?-pregunta Ana sin ocultar su molestia.
-Ana, deja que mi tío hable-le digo a mi esposa y me disculpo con todos.
-Estoy seguro porque hoy hablé con el Dios verdadero.
Esto no me lo esperaba. ¿Un simple mortal hablando con un Dios?
-Y, ¿qué te dijo?-pregunta Nacor curioso.
-Debo abandonar Harán y dirigirme a un lugar que Él me mostrará-dice notoriamente feliz. Los murmullos no se hacen esperar.
-Silencio, por favor-pide Sarai. Parece que hay más.
-Y eso no es todo. Dijo que con mi descendencia formaría una gran nación. Parece que Dios me dará hijos después de todo.
Todo queda en absoluto silencio. Yo a la verdad no sé ni qué pensar.
-Yo solo quería que lo supieran. Sarai y yo lo hemos hablado y partiremos pronto con nuestros siervos y si alguno de ustedes me quiere acompañar, es bienvenido. Ahora, disfruten de la fiesta.
•••
No he podido dormir nada pensando en lo que mi tío Abram ha dicho. Observo a Ana durmiendo a mi lado y decido ir a la cocina a beber un poco de agua. No puedo sacar de mi cabeza todo lo que ocurrió hoy. Tengo muchas dudas. No sé qué hacer pues todo el mundo decidió quedarse en Harán alegando que mi tío se ha vuelto loco, sin embargo yo quiero acompañar de cerca esta travesía y, después de un tiempo, independizarme completamente.
¿Qué haré?
•••
¡Dios les bendiga a todos! Este capítulo ha estado muy corto pero lo compensaré dentro de poco. Me gustaría que me dieran su opinión acerca de esta historia, lo apreciaría muchísimo. Chau

Un pacto eterno. La historia de Abraham y Sara contada desde otra perspectiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora