—Tuve mis dudas... sí, tuve mis dudas sobre lo que estaba mirando... exactamente, ¿qué estaba mirando?, y además, ¿por qué lo seguía mirando? ¿Qué estaba esperando?, ¿Qué era lo que me retenía allí? Podría decir que no me convencía por ser algo tan simple, algo tan ordinario, algo que sólo usas para resguardarte del exterior, algo que puedes comprar por unas pocas monedas. Pero... no puedo negar que algo me llamaba la atención y me decía que estaba subestimando lo que mis ojos estaban viendo.
—" Aquí lo tengo... Horace "
— Esa voz tan suave y segura de sí no me dejó moverme ni un solo centímetro.
Esos ojos llenos de esperanza, esa mirada que penetraba hasta mi alma y esas palabras,... si esas palabras, esas simples palabras me dijeron más de lo que mis ojos veían. He visto cosas absurdas en toda mi vida que con el tiempo cobran más sentido que las que se suponen son rasonables; o tal vez si tenían sentido todo ese tiempo y el que no se daba cuenta era yo. Tal vez yo soy el que está mal pero... ¿quién me lo asegura?—¿Me dejas explicarte?
— ¿Quién me puede decir que yo soy el que está mal o estoy bien? Exacto... nadie.
De todas estas cosas, esta es la más absurda que he visto, pero no se por qué creo en esto que veo.
¿Eso me hace una persona que no está cuerda? Estoy loco; sí, lo sé, loco por darle la oportunidad a lo inusual y no a lo común, a lo ordinario.
Sí, estoy loco, pero ahora mismo, eso no lo sabe más nadie que yo y se siente muy bien no ser de la típica gente que solo sigue un estereotipo social solo porque así ha sido siempre.—¿Una bufanda? — preguntó Horace.
— Si, una bufanda, es mi regalo para Akime. O así quiero que lo sienta — dice la madre acercándose a Horace.
— Escucha todo lo que ella tiene que decir Horace — dice Zora arreglándose la barba.
— Al menos despierta a Fuyume para que lleve a los chicos adentro — lo mira Julius de forma esperando respuesta.
—¿Y quién dice que Fuyume está dormido? —dice Horace mirando hacia donde estaba él.
En eso se levanta Fuyume un poco mareado y desorientado. Parecía como si se hubiera acabado de levantar y el mundo se hubiera movido de lugar.
— Cielos... este tipo — dice Fuyume poniendo su mano en la frente — ¿qué acaso no te puedes contener un poco eh?
— Lleva a los chicos a la casa por favor, incluyendo a Akime — le dice Julius.
Horace no podía dejar de pensar en esa bufanda, había algo, algo raro en ella, algo " peligroso " por así decirlo.
— Te ayudaré a llevarlos, creo que solo no vas a poder — se acercó Zora a Fuyume mientras tomaba a Akime y lo cargaba —Regreso enseguida — le dijo a Horace.
Horace solo asiente la cabeza esperando a la explicación de la madre.
De camino a la casa Fuyume le pregunta al abuelo sobre la bufanda, este le dice que ni siquiera él sabe el porqué evitando el tema, que espera saberlo en cuanto regrese. Pero si, él no sabe que es exactamente la bufanda, solo conoce el propósito por la que fue hecha y confía en que será para ayudar a Akime, solo que está un poco confuso en como lo hará; ahora le queda esperar, exacto, esperar, de eso se trata.
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Fallen Gear
Fantasy¿Alguna vez te has preguntado... qué es lo que se encuentra al final del arcoíris? Esta historia es desarrollada en un mundo post-apocalíptico donde la raza humana fue casi destruida hace cientos de años por una guerra nuclear llamada Armagedón, pr...