—¿Shino?
—Si. Ese es mi nombre. Mucho gusto, Akime —extiende la mano.
Akime había encontrado a un nuevo amigo, alguien que a penas conoce pero siente que será a partir de ahí una buena amistad. Emocionado ante el gesto de Shino, exclama extendiendo la mano de igual manera.
—¡Sí! Mucho gusto, Shino —agita su mano fuertemente.
Los dos sonríen felizmente como si hubieran encontrado una parte de su vida o tal vez como si se hubieran reencontrado después de mucho pero mucho tiempo.
—¡Ay ay ay! Mocoso maldito... ¡eso duele! ¡Diablos! —se levanta Brago del suelo con la mano en la cabeza—. ¡Muchachos! ¡¿Hasta cuando piensan estar ahí tirados eh?! —
le grita a los otros tres.De uno en uno se fueron levantando incluyendo al que Akime había derribado. Los chicos se miran entre ellos dos y sonríen con determinación, parece que tendrán otro poco más de entretenimiento se dirían para ellos, tomando así una posición de lucha.
—¡Hacia ellos! También al enano entrometido ese... ¡ay ay ay, como duele! —se lamentaba Brago poniendo su mano en la cabeza.
—¡¿A quién le dices enano?! ¡Bemba de caldero! —protestó Akime.
—¿Be- bemba de caldero? ¿Pero y este qué tiene? ¿Por cierto quién demonios es?
Los tipos quienes se acercaban despacio a ellos están a punto de atacarlos cuando...
—Detengan esto de una vez, Brago —interviene Zora.
—¿Eh? Y tú quien demon... ¡¿uhgg?! —traga en seco—. Daizuke... Zo- zo, zozozo... ¡¿Zora?! —tartamudea Brago cagado del miedo.
—Ah sido un tiempo ya, ¿eh Brago? —añadió Zora mirándolo imponentemente.
—¿Qué, qu- qué haces aquí? —vuelve a tragar en seco.
—Ah si, no lo sabías, vivo hacia esa dirección —señala la calle por la que vinieron.
—¿Pero que acaso no estaban en Sunshine? —levanta las manos al costado.
—Tonto, hace más de 10 años que dejé ese lugar, así... así como otras cosas.
—¡Pues, que bien! —dice sudando frío—. No sabía nada de eso,... de ser así ni hubiera venido aquí —murmura.
—¿Qué es lo que estás parloteando ahí?
—Este... no, no es nada. Ya, ya nos íbamos. Espero que pases una buena tarde. ¡Muchachos, retirada! —hace una seña con sus manos.
Inmediatamente los hombres se echan atrás y salen en dirección a Brago.
—Brago... —prosiguió Zora.
Brago se para en seco.
—Recuerda todo lo que ha pasado. No sigas los pasos de tu padre. Ya has pasado por mucho. Creo... que ya es suficiente.
Brago se queda pensativo unos minutos en su lugar. La voz tan serena de Zora parecía haber dado en un punto sensible de su vida. Siguiendo su camino, Brago levanta su mano en seña de un hasta luego, parecía también ser un lo siento, y así se alejó entre el tumulto.
—Abuelo... ¿conoces a ese tipo? —lo mira Akime desde abajo.
—Se podría decir que sí, pero eso es algo pasado y creo que no es necesario que sepas. Sigamos en lo nuestro —se da vuelta de lado.
—Tu abuelo es asombroso, Akime —alegó Shino.
— Si y también da miedo, da unos cocotazos que llegan al alma —agregó Akime hablando bajito con una mano que tapaba su boca.
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Fallen Gear
Fantasy¿Alguna vez te has preguntado... qué es lo que se encuentra al final del arcoíris? Esta historia es desarrollada en un mundo post-apocalíptico donde la raza humana fue casi destruida hace cientos de años por una guerra nuclear llamada Armagedón, pr...