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Sakumo manejaba rumbo a su casita después de haber pasado a recojer a su hijito de la mansión Uchiha.

Se le hacía muy raro que su hijo estuviera ahí, después de todo hace años había jurado nunca volver por quién sabe que razón.

Y él que ya lo shippeaba con Obito.

—¿Ya me vas a decir que sucedió? —Preguntó Sakumo con una ligera sonrisa, que si la vieras te desmayas alv de lo sensual que es.

—Pues me fracturé el brazo porque me agarré a golpes con un pretendiente de Obit...

—¡Eso no! —Sakumo detuvo el coche para mirar a su hijo con el ceño ligeramente fruncido. —Me refiero a por que saliste sonrojado de la habitación de Obito. —Aclaró volviendo su vista al camino para poner en marcha el vehículo. Sospechaba algo, pero si su hijo le contaba, él podía hacer comentarios embarazosos.

¡Esa era la parte favorita de todo padre! Poder avergonzar a tu hijo y reír.

Kakashi suspiro enamorado, se acomodó en el asiento poniendo ambas manos detrás de su cuello.
—Pues Obito me dió un beso en la mejilla como agradecimiento por defenderlo. —Sonrió con satisfacción. Hubiera querido desvíar ese beso a sus labios pero bueh. Algo es algo. — Sentí mi estómago raro, mi corazón comenzó a latir con rapidez apenas y se me acercaba, ¡fue casi irreal! Hasta por un momento pensé que todo fue un sueño. —Kakashi suspiró enamorado volviendo a recordar el beso— cuando sus labios al fin tocaron mi mejilla sentía que me desmayaba, quería explotar de la emoción.

Los labios de Sakumo comenzaron a temblar y sus ojos se humedecieron al escuchar las palabras de su hijo con tanto sentimiento.

Así de pendejo se escuchaba él cuando se enamoró de la jefecita difunta de Kakashi.

—Estás dando pasos lentos pero firmes, hijo. —Comentó el Hatake mayor con orgullo. —Ya verás que mañana pasado estarán felices juntitos, con una casita, un carrito, dos hijos. Ya los visualice.

Kakashi soltó una carcajada ante las ocurrencias de su padre.

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Kakashi y Rin desayunaban bien tranquilos bajo la sombra de un árbol de cerezo apartado del bullicio.

Desde hace mucho y no tenían tanta pa...

—¡¿QUIÉN ES ESE WEY QUE ANDA CON MI OBI MUY ABRAZADITO?!

Pero los celos de Kakashi perturban rápidamente esa paz que tanto costaba crear.

La castaña gruño molesta. Apenas y le iba a contar algo bien importante a Kakashi (le iba a pedir la tarea) cuando aparece ese hijo de su maíz abrazando a Obit...
—¿Quién está abrazando a Obito? —Ahora Rin también estaba interesada en el asunto.

—Es lo que te pregunté.

La castaña miro en dirección de su otro amigo que caminaba junto a un rubio de ojos azules, con tres marquitas en cada mejilla y una sonrisa bien hermosa, y pues ya pa' que la sigo si ya saben que es Naruto de quién habló.

—Es Naruto, hijo del maestro Minato.

Contestó Rin, Kakashi entrecerro los ojos inspeccionando al chico que parecía garrapata en el brazo de Obito.

Nomás se rompió un brazo defendiendo a su chikistrikis para que otro rubio teñido llegue con tanta naturalidad a su lado.

No iba a permitir tal cosa.

—Ira we, como que me estan dando ganas de ir a visitar al maestro alrato, —Sonrió con superioridad antes de seguir— igual soy su preferido y varias veces me ha invitado a comer. Hoy le tomaré la palabra.

Mírame |KakaObi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora