A Lover From Hell ↯ MINSUNG

q υ α т т υ σ я ❥ Run Devil Run

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Minho observaba su celular y el número escrito en la servilleta. Seguía asombrado de que el humano accedería a dárselo y considerar salir con él.

El resto del día se la pasó discutiendo consigo mismo si debería mandar un mensaje a Jisung e invitarlo a una cita.

No, no debería, fue la respuesta a la que llegó. Tenía cosas más importantes qué hacer antes que ir por ahí tonteando con un mortal.

Aunque esa fue su conclusión, Minho recordaba la forma en que Jisung lo trató y cómo le sonrió, por lo que ya no estaba seguro de qué hacer.

—¿Vas a llamarlo o te vas a quedar viendo su número como idiota todo el día?— Felix lo miraba impaciente.

—No, no voy a llamarlo— respondió Minho convencido, dejando la servilleta y su teléfono en la mesa de centro.

Con un bufido y ligera negación de cabeza, Felix se acercó hasta él y tomó su móvil.

—¿Qué haces?— preguntó Minho confundido.

—Mejorando tu estadía en el mundo humano— le guiñó Felix junto a una sonrisa pícara.

El pelinegro se mantuvo tecleando unos minutos, luego le devolvió el celular a su dueño.

—Ve escogiendo un buen atuendo, porque mañana tienes una cita con el lindo mesero— canturreó el demonio.

—¡¿Qué!? ¡¿Cómo?!— Minho se levantó del sillón de un brinco.

—Le dije que eres nuevo en la ciudad y que si podía mostrarte un poco del lugar. Él me contestó que lo haría encantado, y preguntó si podría ser mañana porque es su día de descanso. Acepto cualquier agradecimiento de tu parte— explicó Felix con una sonrisa petulante.

—No sé si quiero abrazarte o ahorcarte— el de cabellos plateados estaba atónito. Por un lado, tenía muchas ganas de volver a ver a Jisung, y por el otro, sabía que no era momento para distraerse de su plan.

De cualquier forma, la cita ya estaba hecha, y Minho era un demonio de palabra.

—Cualquiera de las opciones me gusta, en especial la segunda— Felix levanto las cejas de forma sugestiva. Minho sólo se carcajeó.

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Minho se sentía muy nervioso sin razón aparente.

Felix lo llevó al lugar donde Jisung y él habían quedado, después el demonio mayor se fue.

Sus nervios aumentaron cuando Jisung apareció.

—Hola— saludó a Minho muy animado —¿Comenzamos con el tour?

Minho asintió, ganándose una enorme sonrisa por parte del rubio.

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A pesar de decir no ser un experto en el tema, ya que su país natal era otro, Jisung lo llevó por casi toda la ciudad, mostrándole los edificios más reconocidos, tanto antiguos como contemporáneos; le explicó la historia de varios monumentos y le nombraba las calles más importantes por donde pasaban.

Minho estaba embelesado por todo lo que veía y el rubio le enseñaba. Definitivamente debía salir más de su habitación.

Cuando el hambre se hizo presente, Jisung sugirió ir a un pequeño restaurante de comida tradicional. Minho accedió con fervor, la comida era lo que más le gustaba del mundo humano.

Además, tenía la sensación de que alguien lo vigilaba, esperaba que sólo fuera cosa suya y no uno los miembros del Consejo Demoníaco, ojalá la comida despejara su mente.

—De verdad lamento no ser la persona con más conocimientos sobre la ciudad y darte un tour completo— se disculpó Jisung, los dos sentados a la mesa, a la espera de la llegada de sus alimentos.

—No digas eso, yo te agradezco el tomarte la molestia de mostrarme la ciudad.

—No es ninguna molestia— un silencio se asentó mientras ambos mantenían la vista clavada en los ojos del otro, Minho fue el primero en apartar la mirada. Jisung rió algo incómodo y cambió el tema —Y bueno, Minho, del que sólo conozco el nombre, cuéntame un poco sobre ti.

—Pues...— Minho hizo memoria de lo que Felix le dijo respondiera si a Jisung se le ocurría preguntar cosas de su vida, y, como si de un robot se tratase, Minho respondió en automático —Me llamo Lee Minho, tengo 21 años, estoy en la ciudad buscando a mi primo que huyó de casa— no le agradaba mentirle al humano apenas conocerlo, mas no podía decirle la verdad sin que éste se asustara o no le creyera y lo tachara de loco.

—Oh, no creí que fueras menor que yo— soltó una ligera risa —Y siento mucho lo de tu primo— la expresión de Jisung se volvió preocupada.

—No es nada, ese cretino se lo merecía— ante la mirada confundida de el rubio, Minho hizo la nota mental de no hablar demás —Disculpa, es que no me llevo muy bien con él, pero, su ausencia me está trayendo problemas con mi padre y mi tío— eso no era del todo mentira.

—Ya veo, espero que puedas encontrarlo pronto— respondió Jisung de forma sincera.

—Yo también espero que sea pronto.

La joven que atendía su mesa apareció con sus platillos, y ya servidos se dispusieron a comer.

Entre tanto, Jisung también le contó algunos detalles de su persona, detalles que Minho se aseguró de recordar. Jisung tenía 22 años, trabajaba a tiempo parcial en la cafetería, pues ahorraba para seguir estudiando. Él había nacido y crecido en Malasia, y al cumplir la mayoría de edad se mudó, con motivo de independizarse. Quería dedicarse a la música, al canto en específico. Amaba el ramen y las películas de terror aunque le daban miedo. No contaba con muchos amigos, tan sólo dos de sus compañeros de trabajo, Sunwoo y Seungmin, los cuales prometió presentarle la próxima vez que fuera a la cafetería.

Cada cosa que Jisung contaba, con los ojos llenos de un brillo de emoción, hacía a Minho sentir algo muy raro, no de una mala manera, sino, en un sentido de sentimiento desconocido.

Al terminar de comer, Minho pagó la cuenta, aún cuando Jisung le pidió que la pagaran entre los dos.

Al salir del restaurante, notaron que ya el cielo estaba oscuro. El tiempo se les había pasado volando.

Caminaron un rato por un parque cercano, sin decirse nada, tan sólo disfrutando la compañía del otro.

El momento de despedirse llegó, Minho acompañó a Jisung a tomar un taxi.

—Gracias otra vez por mostrarme la ciudad— comentó Minho, él y Jisung esperaban que el medio de transporte pasara.

—No fue nada, lo hice con mucho gusto— respondió Jisung, sonriendo.

Un taxi se aproximó y Jisung le hizo una señal para que se detuviera.

—Me divertí mucho— el rubio abrió la puerta del vehículo, se detuvo unos segundos, se giró y depositó un corto beso en la mejilla de Minho —Ojalá nos volvamos a ver pronto— susurró.

El demonio se quedó pasmado por la acción del humano.

Jisung subió al taxi y se despidió de Minho con un gesto de mano.

Al marcharse el auto junto a Jisung, el de cabellos plateados tocó dónde el humano había dejado el beso.

La sensación que experimentó cuando conoció a Jisung lo invadió de nuevo. Una fuerza lo atraía hacía al rubio, pero al mismo tiempo lo hacía retroceder.

No entendía nada, lo mejor sería que el demonio huyera de esos raros pensamientos y de paso del lugar también, ya que estaba seguro alguien lo vigilaba.

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Gracias por leer Sunflowers 🌻🌈