La Isla

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One-shot parte del segundo día de la Carligor Week, espero disfruten y disculpas por cualquier error <3

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Ocurrió durante la noche, una de las tantas noches que Carlo estuvo atrapado en aquella isla.

Había estado todo el maldito día recolectando madera para la balsa que deseaba construir y cuando el sol había caído él mismo se había dejado caer junto a una fogata que mantenían encendida los nativos del lugar para cocinar.

Sintiéndose terriblemente cansado se tumbó boca arriba sobre la tierra, cubriendo sus ojos con uno de sus antebrazos.
No sabía que era peor, todo el esfuerzo físico que había echo o el cansancio mental que también le atormentaba.

Carlo no recordaba haber estado en peor estado alguna vez en su vida, todo era demasiado para él, sentía que en cualquier momento llegaría a su límite y se derrumbaría.
Pero sabía que tenía que resistir, Carlo ya había aceptado que nadie lo iba a sacar de ese sitio, los nativos no eran de ayuda así que solo dependía de él mismo.

No supo cuando se quedó dormido pero despertó totalmente sobresaltado en medio de la oscuridad, su cuerpo estaba cubierto de sudor frío, su corazón latiendo desbocado.

Se sentó entonces hallándose solo, la fogata parecía haberse apagado hace horas, ni siquiera salía humo de los palos quemados que quedaban.

–Mierda.

Maldijo al sentir el aire nocturno rozarle la piel, hacía frío y el se había deshecho del overol de preso, quedándose solo con aquella especie de falda con diseños tribales que de poco de servía ante el clima tan cambiante de la isla, pensándolo bien, había sido un poco tonto al hacer eso.

Carlo suspiró con pesadez y se levantó estirando sus músculos, era mejor que buscará otro sitio para dormir que no fuera a la intemperie, así que comenzó a caminar, alejándose de allí, estaba a punto de sumergirse entre los árboles cuando le vio.

Una figura a unos metros por delante de el, apenas distinguible por la oscuridad, su corazón volvió a agitarse y un escalofrío recorrió su cuerpo nada relacionado con el frío, más no detuvo sus pasos y siguió avanzando.

–¿Hola?

Al seguir adelante pudo ver bien, parecía ser un hombre vestido con un traje negro que le daba la espalda manteniéndose quieto entre los árboles.

–¿Hola?–repitió.–¿Igor..?

Siguió avanzando, acercándose cada vez más, su respiración acelerándose también, los latidos de su propio corazón retumbando fuertemente en sus oídos, aquel no podía ser Igor, ¿verdad? Era imposible, ¿cómo había llegado allí?

–¿Igor?–Carlo volvió a repetir su nombre para llamar su atención, más cuando estaba a escasos metros el hombre comenzó a avanzar, alejándose de él a pasos veloces.

–¡Igor!

Carlo grito su nombre, comenzando a correr, esquivando árboles y ramas caídas en su camino, sentía su cuerpo temblar ligeramente, estaba agitado, desesperado.

-¡Igor espera!–volvió a gritar con su voz ronca, un nudo en su garganta.–¡Igor, por favor espera! ¡Detente!

No supo cuanto tiempo estuvo corriendo persiguiendo a Igor, Carlo no lograba comprender porque el otro corría, en su desesperación no se preguntaba si todo aquello era real como lo había echo muchas otras veces desde que estaba en aquella Isla, simplemente continuo avanzando, tratando de alcanzarlo.

Vio entonces como Igor se detenía por fin en una zona llana, Carlo se dió cuenta de que lo había seguido hasta un extremo de la isla, detras de ellos solo habían árboles y delante todo era mar, no había nada más.

–¿Igor?–Carlo se acercó lentamente, tratando de calmarse.

Igor entonces se dió la vuelta, mirándole de frente al fin.
Carlo le sostuvo la mirada, llegando a posarse a pocos pasos frente a el, apretó sus manos en puños, aún tratando de calmarse.

–¿Igor? ¿Por qué corrías? ¿Cómo llegaste aquí?–preguntó Carlo, más el contrario no respondió, simplemente se mantuvo observandole con una expresión neutra.–¿Igor?

Igor se mantuvo mirándole sin decir ni una palabra, comenzó a retroceder entonces, muy lentamente.

–¿Igor? ¿Estás bien? Tú..–Carlo dudo.–¿Cómo me encontraste? ¿Estás aquí para sacarme verdad? ¿Igor?

Carlo nio puede dejar la Isla.–Igor hablo finalmente, en voz baja casi un susurró.

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo por completo, un leve temblor apoderandose de sus manos, una punzada de pánico atacando su pecho.

–¿Qué dices, hombre?–Carlo no supo cómo logro hablar, se sentía mal, alarmas sonando en su cabeza.–Igor, vamos..

Carlo nio puede dejar la isla.–volvió a repetir en un susurró, entonces Carlo se dió cuenta que Igor seguía retrocediendo.

–¿Igor?–dejando de lado lo que sentía avanzo hacía el, tratandole de detenerle, ¡estaba avanzando directamente hacía el mar! ¿No sé daba cuenta?–Igor espera.

–Carlo nio puede dejar la isla.

–Igor.–Carlo corrio hacia él, angustiado.–¡Igor espera! ¡Igor!

Pero no alcanzo a llegar, Igor llegó al borde del terreno y cayó hacía el mar susurrando una vez más que Carlo no podía irse.

–¡No! ¡IGOR!

Carlo despertó de golpe, lágrimas cayéndo de sus ojos mientras gritaba el nombre de Igor.

Se sentó hiperventilando, sollozos de angustia escapando de su garganta mientras trataba de calmarse, tratando de reaccionar, de centrarse.

Había sido un sueño, un maldito sueño, era de noche todavía, todo estaba oscuro y el seguía acostado junto a la fogata.

"Está bien, todo está bien, Carlo", se dijo así mismo, su pecho subiendo y bajando rápidamente, las lágrimas aún deslizándose por su rostro. "Todo está bien, Igor no está aquí, está lejos, Igor está lejos con Toni, José y probablemente el chino, no está aquí, él está bien."

Con una de sus manos se aferró a un puñado del pasto bajo el, cerrando los ojos, respirando profundamente.

"Concéntrate", se dijo, "Todo está bien, nadie más está aquí, solo estás tu en esta maldita isla, Carlo."


Carligor [Mini-Historias]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora