El Trato III

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Tercera parte y final de la mini-historia, situada años después de la segunda parte, contiene diferentes lapsos de tiempo (? o algo así, espero disfruten<3
PD:no duden en comentar que tal les pareció ^^

Advertencia:

Nsfw,+18

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Carlo Gambino despertó poco a poco, removiendose con lentitud bajo las sábanas color borgoña que cubrían su cuerpo desnudo, abrió apenas los ojos, la luz del sol que se filtraba por la ventana abierta de para en par resultandole irritante.

El italiano cerró entonces con fuerza los ojos y se acomodó boca abajo con la intención de seguir durmiendo mientras la sábana se dezlizaba un poco sobre su cuerpo, dejando la mitad de su espalda al descubierto la cual estaba salpicada con pequeñas marcas rojizas.

–Serán las siete, Carlo.

Una voz calmada llegó a sus oídos, más la ignoró totalmente y se mantuvo en su lugar.

–Tienes una reunión a la que asistir.

El silencio reino por unos segundos, entonces Carlo sintió una mano sobre su espalda y unos labios cerca de su oído, abrió los ojos al mismo tiempo que sentía un escalofrío recorrerle erizandole la piel.

–Carlo...–el tono esta vez fue más bajo pero severo.–Tu hermano nio puede ir solo a la maldita reunión.

–Estoy cansado.–Carlo volteó su rostro, encarando a Igor, formando un ligero puchero en sus labios.–Muy cansado..

–¿Ah, si?–Igor mantuvo su ceño fruncido, no dejándose llevar por la "mirada de cachorro" del contrario.

–Si.. y es tu culpa.–Carlo mantuvo su expresión para dar lastima.–Así que no puedo ir...

–Sabes que puedo arrieglarte en un chasquido, ¿no?–Igor sonrió con cierta diversión, su mano acariciando con suavidad la espalda del italiano.

–Eres un tramposo.–Carlo resopló con fastidio.

–Si, pero así te gustó.

Carlo no pudo evitar sonreír, sintiendo una sensación cálida recorrer su pecho, volvió a moverse entonces, posicionando su cuerpo de lado para estar cara a cara con Igor, sus piernas rozándose.

–Yo realmente no quiero ir.–dijo entonces Carlo, su mano derecha sobre el pecho desnudo de Igor, acariciando sus pectorales con lentitud.

–Pero tienes que hacerlo, Carlo.–una de las manos de Igor se posó sobre la suya, acariciando su dorso con uno de su pulgar.-Tienes deberes que cumplir.

–Lo sé.–Carlo soltó un largo suspiro, apoyando su frente contra el pecho de Igor.

No sé discutió más.

Ambos se levantaron de la cama para comenzar el día, tomaron una larga ducha juntos compartiendo un par de besos y toques traviesos, antes de vestirse  y arreglarse para salir de la habitación.

Después de que Carlo compartiera un desayuno con su hermano, los tres acompañados de un par de trabajadores abandonaron la mansión Gambino dispuestos a un largo día de trabajo.

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Las cosas para los Gambino habían sido muy difíciles por unos años con la llegada de Igor a sus vidas y a su hogar.

El primer año había sido casi una tortura con el demonio yendo y viniendo de un lado a otro, acompañándoles a hacer sus negocios sin que pudieran rechazar su presencia, incluso los almuerzos familiares eran incómodos, Igor solía sentarse en la mesa con ellos, en silencio total, simplemente observando a todos como si estuviera mirando sus almas.

Carligor [Mini-Historias]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora