Carligor [Mini-Historias]

El Trato I

AU Sobrenatural
Primera parte de una mini historia
+18
Angst

Aclaraciones para entrar en contexto:

Igor en si no existe en este universo, es decir, Carlo y compañía nunca le conocen.
Tampoco están Volkov, Horacio ni Gustabo, chao federales.
El relato sucede meses después del fallecimiento de Toni, este cae cuando el, Carlo, José, Anya, el chino y dos tipos randomxd hacen un robo al Banco Central que sale terriblemente mal, no hay federales ni investigaciones sobre ellos, así que..
Después del desastre y de perder a Toni, Carlo abandona el negocio y se marcha de regresó a Italia, solo.
Cae en depresión y apenas soporta la pérdida, se aleja de su demás familia y busca consuelo en las drogas, y otras cosas.
Es un hombre desesperado, dolido y creyente en supersticiones así que empieza primero averiguando si hay forma de contactarse con espíritus y así, desea volver a hablar y ver a Toni aunque sea una vez, en su búsqueda da con información sobre demonios y bueno, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

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Era de noche, la luna y las estrellas apenas iluminaban el cielo debido a oscuras nubes que les cubrían.

Carlo Gambino caminaba a paso veloz por una carretera de tierra, llevando una bolsa bajo su brazo, no pasaba ni un solo vehículo y apenas se oía el sonido de los grillos, era como si el mundo se silenciara poco a poco y lo único que se oía era el sonido de la tensa respiración del hombre de origen italiano.

Carlo detuvo sus pasos al llegar a una encrucijada, se quedó de pie en el centro por unos momentos, hundido en sus pensamientos hasta que se arrodilló dejando la bolsa en el suelo y entonces con sus propias manos comenzó a cavar un pequeño agujero en la tierra.

Sus manos se ensuciaron de inmediato y la tierra se metió bajo sus uñas, en otras circunstancias aquello le hubiera resultado enormemente molesto pero no era el caso en aquel momento, Carlo continúo con su trabajo hasta que hubo un agujero decente.

De la bolsa entonces saco una pequeña caja de metal, la sostuvo entre sus manos con fuerza, cerrando sus ojos unos instantes, al abrirlos quitó la tapa mirando de manera intensa el contenido: lo que parecía ser un puñado de tierra, un pequeño hueso y una foto de si mismo, Carlo tragó grueso y volvió a ponerle la tapa abruptamente, colocando la caja en el agujero que había echo y cubriéndola con tierra.

Aplanó la zona con manos temblorosas, aquello después de todo, era su única esperanza.

Carlo se puso en pie, limpiando la suciedad de sus manos en su sudadera y entonces simplemente espero.

"Tiene que funcionar", pensó con desesperación "Por favor que funcione."

-Claro que funcionó, Carlo.

Alarmado, el Gambino volteó en dirección a la fuente de la voz.
Allí a escasos metros de él había un hombre un poco más bajo que el mismo, delgado y vestido con un elegante traje negro con ni una sola arruga, quién le observaba sonriendo de manera casi inquietante.

-Lo has echo muy bien.-dijo el hombre pasados unos segundos, haciendo gesto hacía él agujero recién tapado.

El Gambino notó que aquel hombre tenía un acento extraño o al menos uno que nunca había oído antes.