Too Clergy [Sarv X Ruv]

Capitulo 4: El voto

Ya había pasado dos años desde que Ruv está aquí, así que estoy muy feliz.

Era sábado así que no había planes para abrir la iglesia, seguía acostada en la cama, miro un poco el techo para voltearme y veo que Ruv sigue dormido, siempre duerme de más estos días, quite la almohada que nos divide ya que digamos que en la noche el....

Estaba dormida tranquilamente, era como la tercera noche que dormíamos juntos, sentí como su brazo me envolvió en un tierno abrazo, que poco a poco fue apretando.

–Ruv me estás aplastando– le susurré pero el seguia

Llegó en un punto que casi no respiraba

–¡Ruv me estás aplastado!– dije con mi último aliento a lo que el rápido me soltó

–perdon Sarv, ¿Estás bien?– pregunto algo preocupado, mientras yo recuperaba el aliento.

–si–

Lo malo es que no fue una ni dos sino varias así que optamos por poner una almohada en medio de los dos y así yo no moriría asfixiada.

Me acerco abrazarlo, al principio era raro pero ahora es cómodo sentir su calor y cariño que me suele dar.

_Buenos días Sarv– dice mientras se estira un poco, dejándome que me acomode mejor en su pecho

–buenos días Ruv– dije recibiendo una acaricia en el cabello, yo veía como el sol entraba por la pequeña ventana, parecía ser una mañana muy tranquila –hoy vamos a cantar– le dije mientras el seguía medio dormido, se me hacía curioso como hasta dormido no se quita su listón me preguntó que esconde.

–no, sabes que eso no me sale– me quitan de su pecho se voltea -llevamos meses y no mejoro-

–bueno es que tienes una voz muy fuerte– dije colocando mi cabeza sobre el

–si, casi destruyó la iglesia–

–tampoco es...– voltea verme –bueno solo un poco pero ya sabes controlarlo mejor que antes–

El se levanta al baño mientras yo me quedo aún en la cama, me acomodo de nuevo y cierro mis ojos en lo que vuelve.

–ni creas que lo vas hacer de nuevo– me quita las cobijas y me toma para dejarme en el baño, cierra la puerta de golpe dejandome sola

–¡odio que me levantes así!– reclamé, todo esto lo hace solo porque un día me quedé dormida hasta la una de la tarde y solo fue un maldito día.

El no me responde, entendía que el era así, de pocas palabras.

Salí del baño, cuando ví que traía en la mano la nueva canción, parecía tararear un poco.

–¿Te gusta?– pregunté mientras seco mi cabello

–si, veo que combinas nuestros tonos– se queda mirando la letra