Capítulo 10

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El doctor me mandó una semana de reposo, por lo que no me movía en todo el día de la cama de Rubén.
Él se tomó unos días de descanso para poder cuidar de mí, veíamos películas juntos, me traía la comida a la habitación, me ayudaba a levantarme y caminar un poco...

No me gustaba estar así, pero como siempre Rubén hace que todo tipo de situaciones sean momentos inolvidables a su lado.

—Amor, ya solo te queda un día para volver al instituto.–dijo Rubén sonriente.

—Sí, aunque vaya en muletas porfin empezaré con mi vida normal.–respondí algo distraído.

Estaba pensando en cómo habrá acabado Daniel, él ya es mayor de edad por lo que podría acabar en la cárcel, pero no estoy seguro de si lo han pillado o está escondido en algún sitio.

—Bueno cariño, me voy a comprar un momento, ¿qué quieres que te traiga?–preguntó Rubén inclinado hacia mí acariciando mi nuca.

—Mmm chuches, chocolate, patatas, palomitas, helados, monster...–

—¿Algo más?–dijo Rubén partiéndose de risa.

—Creo que no.–sonreí como un niño pequeño.

—Esta bien, ahora vengo.–dijo antes de cerrar la puerta.

15 minutos después, llegó Rubén con 2 bolsas llenas de comidas y bebidas que me encantan.

—También te traje bombones de los que te gustan.–dijo antes de darme un beso.

—Gracias amor.–dije sin apartar mi vista de toda la comida.

Rubén se sentó a mi lado en la cama y los dos comenzamos a comer todo lo que él había comprado.
Si me paro a pensarlo, Rubén es el hombre que cualquier persona desearía tener, me siento afortunado por tenerlo a mi lado.

Él, mi profesor (parte 3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora