Capítulo X - La travesía

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Teléfono: Hola, hola cosita, veo que lograste reunir las piezas de la máquina de la felicidad, es decir... del mecanismo para llegar al paraíso soñado, eso está chido

Yo: ¿Por qué habla como idiota? (¿máquina de la felicidad?)

Tuve un mal presentimiento en ese momento, recordé muchas cosas que había olvidado, al juntar todos esos pastirecuerdos podía ver claramente muchas cosas del pasado, pero aún no lograba recordar mi nombre, y por qué estaba peleando contra la agente 3, pero mi meditación se vio interrumpida cuando aquellas piezas ensamblaron una enorme máquina, por alguna razón me resultaba familiar, era una especie de nevera enorme, una puerta se abrió y el teléfono nos invitó a pasar dentro

Capitán: Parece que todo va a salir muy bien, agente 8

Yo: Un momento... (esta máquina ya la conocía...)

Las puertas se cerraron, el teléfono comenzó a reír de una manera extraña y macabra, las paredes de esa cosa se iluminaron y del techo comenzó a descender un grupo de afiladas y horrendas cuchillas

Yo: ¡No! ¡Maldita sea! ¡Era eso!

Era una máquina como la que se llevó a mis amigos, a muchos otros octarianos que conocí en mi pasado, era una máquina de Pastec...

El sonido de las cuchillas al comenzar a girar fue de lo más horrible, y en mi cabeza comenzaron a retumbar esos sonidos lejanos de los gritos de horror de los octarianos que habían sido pastificados, todo parecía estar perdido para nosotros, todo se volvía nebuloso e incierto, era nuestro fin... ¿O no?

Perla: ¡Hay que hacer algo! ¡O tendremos puré de Ocho! (Snif)

Merina: Lo único que puedo hacer es enviar una señal de auxilio desde el dispositivo de 8

Perla: Hazlo ¡pero ya!

Se escuchó un estruendo en la cúpula de aquella máquina, en el momento no pude distinguir bien de quien se trataba, pero sentí un aroma familiar, una peste difícil de olvidar

Capitán: ¡Es la agente 3!

Yo: ¡Es cierto! (Nadie apestaba como ella)

Teléfono: ¡No! ¿Cómo se atreven?

La agente 3 destruyó la máquina solamente con su calamaridad, además golpeó al extraño teléfono y lo dejó inservible, nos salvamos por los tentáculos, pero a cambio la agente 3 quedó herida en el suelo junto a nosotros y los escombros producto de su intromisión

Yo: ¡Hijo de la lapa! Esa cosa... ¡Esa cosa casi nos mata!

Perla: ¿Están bien? ¿Qué pasó?

Marina: 8 ¿Qué sucede?

Yo: Esa cosa... esa cosa no era una nevera, era una máquina pastificadora... casi morimos, pero la agente 3 apareció de la nada y nos salvó

Perla: Pensándolo bien, me parecía sospechosa la forma que tenía esa máquina, es decir no sé cómo no lo vieron antes

Yo: ¿A qué te refieres? (dije algo enojada)

Marina: oye, es verdad, tenía una forma muy peculiar, como de licuadora

Yo: ¿¡Licuadora!?

Perla: Sí, bueno ya saben, con esos artefactos se trituran las frutas o las cosas para hacer jugos...

Yo: Para hacer pastas...

Marina: Exactamente, 8, y...

Yo: ¿Y ustedes lo habían notado?

Perla: Básicamente sí, pero...

Yo: ¿Y no tuvieron la maldita delicadeza de decirnos? ¿pero qué mierda tienen en esas cabezas? ¡Casi morimos!

Las Memorias de 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora