Capítulo IX - El peligro de las líneas profundas, el gran armatoste

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Perla: Ocho, ¿estás ahí?

Yo: Afirmativo, Perla

Perla: Bien, es hora de empezar, en esta misión debes entintar zonas para ver los caminos, avanza despacio, no hay límite de tiempo, pero no te caigas al vacío

Marina: Y cuídate de los enemigos

Yo: Afirmativo

Sentí que me había absorbido una rutina de misiones, el tiempo parecía no existir y que nunca iba a salir de aquel agujero, era raro, me limitaba a apretar el gatillo, avanzar, nadar, reventar enemigos y volver a la base, misión tras misión, y cada vez se abrían más líneas de metro ¿acaso era infinito aquel lugar?

Capitán: Ya casi lo tienes, 8, paciencia

Yo: ¿Quién diseñó estas pruebas? Es como si se tratase de algún tipo de entrenamiento, me recuerda algo ciertamente, algo que ya había vivido antes

Perla: No pierdas concentración, 8

En la parte final de la prueba recordé algo, ya había estado en un lugar similar, era una pista de pruebas en el campo de entrenamiento octariano, comencé a revivir momentos míos entintando caminos que no se podían ver para así avanzar, saltando, huyendo de los drones de entrenamiento

Marina: ¿Qué sucede, 8? ¿De quién huyes? Ya no hay más enemigos en mi pantalla

Yo: son los drones, aún puedo escucharlos

Perla: ¿Cuáles drones? 8, atraviesa la salida y regresa a la base

Yo: No, debo vencerlos a todos antes de salir

Salté y disparé por los aires, pude ver cómo varios objetos voladores estallaban en el aire, escuché cómo chapoteaban y luego las luces se apagaban, había superado la prueba

Perla: ¡8! ¡Despierta! Ya terminaste la misión

Yo: ¿Eh?

Había alucinado con el pasado

De vuelta al vagón intenté explicarles lo que me había sucedido, al parecer estaba recordando algunos de mis entrenamientos de los días del campo octariano, el capitán se mostraba preocupado y decía que me hacía falta descansar, después de todo había superado unas cuantas misiones más, había quedado agotada con una misión donde debí romper un montón de cajas de un solo disparo, y otra donde debí eliminar un montón de enemigos en una plataforma, me sentía débil y caminé por el vagón para despejarme, en eso encontré algo que un pasajero dejó atrás al marcharse, era algo así como una bolsa pequeña con unas pastillas, tenían una carita de un erizo feliz y algo derretido dibujada en la portada, pensé que se trataba de las pastillas que tomaba Perla para controlar un poco su problema, así que cometí el error de llevarme una a mi boca y tragarla, su sabor era dulce y un poco ácido, en ese momento no noté nada extraño, pero pasados unos minutos pude dar fe de las consecuencias de mi error.

Capitán: 8 ¿Estás bien? Luces un poco pálida

Yo: Sí, bueno, me siento un poco mareada, voy a descansar un momento

Comencé a tener una sensación extraña, como si las cosas empezaran a derretirse a mi alrededor y los colores brillaran más intensamente, como si todo se saliera de sí, comencé a ver imágenes de animales extraños con formas humanas, octarianos bailando y fusionándose en un lugar vacío cerca de un objeto brillante mientras de fondo sonaba una extraña melodía distorsionada y retorcida, los pasos de unas botas pesadas, gritos de octarianos en la lejanía pidiendo ayuda ¿qué me pasaba?

Me bajé del vagón para intentar estabilizarme, pero la estación central se veía diferente, era como si pudiera ver los sonidos, miré mis manos y se veían extrañas, largas, derretidas, destellando colores y sonidos, mi estructura temblaba y terminé nadando en círculos sobre un charco de mi propia tinta en el suelo mientras sonreía, a lo lejos escuchaba voces llamándome mientras yo observaba el suelo de la estación, el asfalto era extraño, nunca había detallado su textura, sus formas, los pequeños animalillos que vivían en su superficie, como que todo hacía parte de un algo más grande y todo funcionaba en armonía.

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