Un video viral inicia la búsqueda del misterioso muchacho que Miguel Rivera conoció en el pasado. No se han visto en años, y deberán enfrentar sus recuerdos de adolescencia para saber qué tan cierto es que "donde hubo fuego, cenizas quedan".
Una his...
Hiro Hamada, investigador en el Instituto Tecnológico de San Fransokyo, no tenía una vida muy diferente a la que que estaba acostumbrado desde su adolescencia. La universidad no quería dejar ir a su propio prodigio, después de terminar sus estudios universitarios y especializarse algunos años y muchas cosas en medio, la universidad le propuso quedarse a hacer investigaciones propias y pagadas a cambio de dar algunas clases, ganar ganar. Básicamente seguía yendo a la universidad casi todo el día, volvía a casa con tía Cass y algunas noches salía a luchar por la justicia.
El día del incendio en la universidad, el día de la presentación de un joven Hiro, cuando Tadashi intentaba entrar en ese edificio, Hiro hizo todo lo que pudo para detenerlo, sin importarle lo que su hermano pudiera objetar. Luego de forcejear y discutir, ambos llegaron a la entrada del edificio, Tadashi estaba decidido a entrar y tomó ventaja, Hiro alcanzó su saco y lo detuvo ya en el inicio de las llamas en un último intento desesperado. Ahí fue cuando la explosión los golpeó. Tadashi recibió casi todo el impacto por Hiro, quedando en coma por corto tiempo, su cuerpo estaba quemado en gran parte de su lado izquierdo y tampoco tenía cabello en algunas partes de la cabeza; pero estaba vivo. Recobró la consciencia y con ayuda de su familia y amigos salió adelante, especialmente con ayuda de Honey Lemon.
A esas alturas Hiro estaba bastante cómodo con su rutina, con su vida en general y nada le molestaba especialmente, se sentía extraño ser maestro a tan corta edad y sus alumnos a veces eran mayores que él, pero nadie podía dudar de sus conocimientos; nunca se había sentido muy conectado al mundo exterior y eso no había cambiado, por eso, cuando recibió un mensaje de Honey no se esperó lo que venía.
"HIRO! TIENES QUE VER ESTOOO!!! URGENTE!!!" Era lo que decía el mensaje junto con un link a la aplicación "Tiktok". Sobra decir que Hiro no usaba redes sociales y que en especial creía que Tiktok era lo peor, era de esas personas que no toleraban la aparente adicción de otras personas a mirar y hacer videos en tendencia, bailando y haciendo retos sin sentido, así que estuvo renuente a abrir ese link, pero tal fue la insistencia de Honey que terminó haciéndolo. Sus ojos se abrieron a más no poder y su respiración se pausó, no podía creer lo que estaba viendo. Fue como entrar en un portal al pasado, teniendo a su "yo de 16 años" en una pantalla, siendo feliz con un chico, uno que no se había cruzado por su mente en mucho tiempo. Tuvo que dejar el teléfono en su escritorio y respirar con fuerza, se quitó los anteojos para cubrir su cara con las manos, se encerró en su laboratorio para tratar de procesar todo.
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Como todos los días, Hiro iba a la universidad por la mañana, tenía un par de clases, se pasaba la mayor parte del día en el laboratorio que antes era de su hermano y volvía a casa pasada la tarde. En medio de eso, a veces iba a almorzar con Karmi o Fred o tenía alguna emergencia de héroe; desde que sus amigos se graduaron sus días se volvieron más tranquilos. No se quejaba, ellos estaban avanzando, él estaba muy orgulloso, pero le costaba un poco acostumbrarse a los cambios, a crecer y avanzar por su cuenta. Las cosas con Tadashi en el hospital avanzaban bien, aunque seguía siendo difícil y tenía que ayudar a Cass en el café después de clase, se iba muy rápido en cuanto acababa su trabajo y hacía de mesero, conserje, lavaloza, decorador o cualquier otra cosa que fuera necesaria. Ese día su hermano tenía rehabilitación y Honey lo acompañó, por lo que ninguno estaba en casa; se encontró con los demás en la cafetería, se puso el delantal y comenzó a atender las mesas, casi todas llenas. Sus amigos también habían comenzado a ayudar en el negocio, Wasabi había probado antes su eficiencia al encargarse del café. Le tocó atender una mesa con una familia, identificó que eran latinos por su idioma, así que hizo uso del poco español que Honey les había enseñado. No era extraño que los clientes tartamudearan de vez en cuando, pero ese muchacho parecía MUY nervioso, eso era gracioso... Pero un segundo, no es... Sí es... Honey había estado obsesionada con ese nuevo cantante mexicano, les mostraba mucho contenido en internet, escuchaba sus canciones todo el tiempo, por eso mismo pudo reconocer su rostro una vez lo vio mejor; y su voz, aunque atropellada, era la misma.