-2//Banderas rojas//-

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Está fue la fase que decidí ignorar o que era muy inmadura para comprender, aún no lo entiendo, pero creo que está fase fue tan larga que siguió, incluso después de dejarte.

Las banderas rojas o alertas rojas, como yo las llamo, son aquellas acciones, oraciones, o pequeñas cosas que hacías, que las personas hacen que deberían alertarte, que te dan una señal  de la clase de persona con la que empiezas a meterte, generalmente, o contigo me paso al menos, la luna de miel me había dejado tan embobada que ni siquiera las notaba o las pasaba por alto.

Eran cosas tan simples y mundanas como los celos, pero es que eras celosa, y me reclamabas como tuya y sólo tuya, y era el no interesarte en mi día porque sólo preguntabas el cómo estaba por cortesía, o al menos yo lo sentía así, lo siento así ahora, porque después de que contestará tu ibas directo a hablar sobre ti, y no me molestaba, creo que no me molesta ahora inclusive, supongo que era tu lugar seguro, y supongo que no todos o nadie te dejaba hablar como yo lo hacía, son cosas que tal vez ambas tuvimos la culpa, porque yo nunca pude poner el límite y decirte que era tu amiga no tu terapeuta y tu nunca dejaste de tratarme como un lugar donde sólo venir a desechar tus emociones.

Sé que hubo un millón de banderas rojas, y ahora, aunque suene algo doble moral e incluso ofensivo, creo que los problemas de salud mental que tenías fueron la mayor bandera roja que ignore. No, no la ignore, sólo me creí paz de poder convertirla o arreglarla, no sé que pretendía si no hay ninguna maldita combinación de colores posible en la que el rojo, directo y natural, te dé verde como resultado de combinarse con otro color. Y yo ignoré eso.

No era la depresión, yo la sufría también, no eran las tendencias suicidas que me hacían terminar en colapso cada tanto tiempo por la preocupación de lo que ibas a hacerte, yo también las tuve en su tiempo, no eran las autolesiones que me dejaban sintiéndome mal porque pensaba que yo pude haberlas evitado si no hubiera tenido que ir a clases, no era la ansiedad y pánico que tenías, porque era algo que intentaba aprender a manejar, que podía aprender a manejar, no eran tus inseguridades, podía ser paciente con eso, no era la dependencia emocional que tenías, yo la tenía contigo, no era la manipulación emocional que efectuabas, la comencé a reconocer y si me hubiera quedado un poco más, podría apostar que hubiera intentado decir no y poner límites.

No era nada de eso, era todo lo que provocaba eso, el problema con esas banderas rojas es que las tenía tan normalizadas en tu personalidad que hasta que pude cortar lazos contigo fue cuando me di cuenta cuenta que yo había estado cambiando mi propia personalidad para poder sobrellevar tus problemas, y es que, nadie, nunca en la vida ni en el mundo, sea quien sea, debería tener que moldear su personalidad para poder seguir con otra persona.

Yo sabía que las relaciones no siempre eran de 50-50, sabía que a veces a mi me tocaría dar un 30% y a ti el 70% restante, lo sabía, pero nadie me advirtió que contigo yo sería un 89% la mayoría del tiempo y si tu estabas de buen humor ese día podrías llegar a ser el 10%, y que a veces tu eras el 20% aunque yo sólo pudiera dar un 30%, creo que dábamos lo que teníamos, y yo siempre intentaba darte todo lo que tenía, y creo que tu lo intentabas igual, pero hay veces, hay personas, que simplemente no están destinadas para eso, siento que nosotros fuimos eso, siento que no estuvimos destinados a ser un 100% nunca, porque ni en tus mejores días podías completar lo que faltaba en mis peores días para llegar al cien, y ni en mis mejores días podía darte lo que hacía falta.

Esa fue otra de las banderas rojas que tuvimos, no saber decir hasta aquí, lo forzamos tanto que no estoy segura de cuantas cosas nos llevamos en el proceso, sé que una parte de mi salud mental se fue y sé que una parte de la tuya también, pero supongo que nunca tendremos el qué tanto se fue exactamente, con que tanto arrasamos por nuestra ignorancia.

Yo tenía unos doce o trece años, y eras mi primera relación "seria" fuera del closet en ese momento, no diré que con una mujer, porque la última vez que hablamos bien, siendo honestos y sin la incomodidad de por medio, te sentías identificado con pronombres masculinos más que con los femeninos, y desde ese momento procuré llamarte príncipe, para que supieras que te apoyaba, y no sé cuál sea la situación ahora, y espero que realmente si te hayas quedado con esos pronombres, sé que te hacían feliz, pero no creo que sea apropiado mandarte un mensaje de la nada diciendo un "Hey, estoy escribiendo una historia y tu estás en ella, ¿con qué pronombres me refiero a ti?" cuando ni siquiera hemos hablado hace casi un año, y no hemos hablado sin la incomodidad y agresividad que usamos la ultima vez hace como dos o tres años, así que si por azares del destino lees esto y no me referí por los pronombres correctos me disculpo, y me disculpo si en algún punto los he estado intercambiando.

Volviendo al tema; Mi primera relación seria fuera del closet, con mis amigos al menos, porque sé que frente a mi mamá siempre fuiste una simple amiga, y sé que frente a tus padres también sólo fui una amiga, pero tenía doce o trece y tu, me ganas por tres años, tendrías dieciséis estoy segura, porque recuerdo que te felicité por eso, pero no sé si éramos algo o fue después de todo, pero la diferencia de edad estaba ahí, y una de las banderas rojas que hubo y que sé que huyo ahora, fue la frase de: "Pero eres tan madura para tu edad". No lo era, no lo suficiente como para tener esa relación, y no voy a decir que era algo que me tocaba vivir,  porque no lo era, decirlo sería una mentira horrible, pero tampoco voy a decir que no debí vivir eso y no tenía la culpa, lo viví, me quedé y ya, aunque duela y a veces me rehusé a admitirlo para que una relación tóxica exista, debe haber un abusador y una victima; Lo tuve que superar y tuve que moverme de ahí, tuve que obligarme a tomarlo como lección y sanarte de una forma extraña, lo hice sola por así decirlo, tuve amigos y otra relación que me ayudaron, pero al final el crédito me lo quedaré yo, porque fui yo quien salió adelante de ti, fui yo quien arruinó mil veces su vida intentando arreglar lo que se rompió, fui yo quien lo sano, fui yo quien te lloró, fui yo quien lucho con las inseguridades de no haber sido suficiente, no ellos, y lo hice sola, y era inexperta y me rehusaba a oír los consejos de quienes me apoyaban, así que fue como si hubiera envuelto un montón de vendas en una cortada que debía ser suturada, sano y dejo de sangrar, pero pudo haberlo hecho más fácil y rápido, con menos complicaciones.

Así que supongo que las banderas rojas estaban ahí, esparcidas en todo el lugar, pero te tenía tanto cariño que decidí ignorarlas, o era simplemente ciega, porque las ignore por Dios sabrá cuanto tiempo, pero creo que parte de salir de ahí, de la relación, parte de salir del proceso de negación: es reconocerlas; y no es por presumir, que vaya me estoy mofando con esto, pero tienes todo un capítulo para ti sobre algunas de tus banderas rojas. Así que eso espero que esto cuente al menos como algo, porque a diferencia de antes, no fue tan difícil verlas esta vez.

You were my honey moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora