¿Cómo hace un grupo numeroso para mantenerse cuerdo cuando la totalidad de sus integrantes son alfas?
No lo hacen, así de sencillo.
Un gran grupo conformados únicamente por alfas sin un líder preestablecido no funciona, tantos instintos naturalmente dominantes juntos chocan constantemente. Inevitablemente y más temprano que tarde el grupo se fractura y disuelve.
Entonces ¿Cómo lo hacen los Slytherins cuando todos los integrantes de la casa son alfas adolescentes con las hormonas alborotadas o tan jóvenes que no se han presentado?
Con el omega de Slytherin así se sencillo.
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El pasaje de entrada a la sala común de Slytherin se abrió y por ésta entro un muy enojado Evan Rosier, murmurando entre dientes quejas e insultos, pisando con fuerza y soltando oleadas de feromanas que demuestran su estado de ánimo.
—¡Diablos Rosier! Controla tu olor, que hasta acá te huelo —se quejó una voz del otro lado de la sala.
—Cállate Crouch, métete en tus asuntos —respondió entre gruñidos el enojado alfa sin voltear ver al otro ni detener su caminata en círculos, un intento por calmarse.
—A mi no me calles idiota —Bartemius le dijo molesto pero sin llegar a gruñir—, no es mi culpa que no te puedas controlar.
Evan detuvo su caminata con un aura que literalmente grita advertencias, los ojos entrecerrados y el ceño fruncido volteó a ver al rubio—Cuidado donde metes tu nariz Crouch. Vas a terminar muy mal.
Bartemius se levantó de la silla en la que estaba sentado, copiando la expresión del otro—¿Me estas amenazando?
—Te estoy avisando.
El par de alfas permaneció mirándose y gruñiendose con desafío, a la espera que el otro atacara primero, por unos interminables trece segundos cuando otra voz se hizo escuchar, sacandoles de su pelea de miradas y llamando su atención.
—¿Qué diablos creen que están haciendo? —Severus llegó con los brazos cruzados y el ceño fruncido, obviamente nada contento con la pelea a punto de estallar entre sus compañeros de casa— Controlence los dos, están asustando a los más jóvenes.
Efectivamente, tras la espalda del pelinegro, en la entrada de su habitación, se encuentran apiñados una niña y un niño de segundo y dos niñas y un niño de primero, todos viendo con nerviosismo como se desarrolla la situación.
—Ahora —Severus volvió a hablar, con mas calma—. Todos vamos a respirar profundo, contar hasta diez y calmarnos ¿Entendido? —el par de alfas soltaron un leve gruñido de protesta, gruñido que Severus les respondió con el suyo propio, callándolos efectivamente— Pregunté ¿Entendido?
Después de un rígido y muy pequeño asentimiento ambos alfas; al igual que el resto de los presentes, siguieron las instrucciones y respiraron profundamente, al hacerlo sus pulmones se llenaron con una esencia de lirios con vainilla que llegó como un soplo de aire fresco, y como si de un hechizo; o un sedante, se tratara la tensión abandonó los hombros de todos, para cuando terminaron de contar y volvieron a abrir los ojos que cerraron sin darse cuenta el asfixiante ambiente de hace un minuto no es mas que un recuerdo.
—¿Estamos más tranquilos? —como respuesta obtuvo un tranquilo asentimiento tanto por el antes conflictivo par como de la mitad de la sala— Bien. Como ya no se van a matar entre sí me puedo ir.
—¿Sev? —el mencionado detuvo su retirada y volteó a ver a su rubio amigo— ¿Te puedes quedar?
Severus se volvió para darles una mirada a los cinco estudiantes en su puerta, les estaba dando una tutoría a los de primero antes de ser interrumpido por los de segundo alertándolo de la pelea a punto de suceder, estos solo se encogieron de hombros restandole importancia al asunto. Luego pasó su vista por la habitación, notando a la gran mayoría viéndolo con la misma petición pintada en sus rostros.
Severus solo pudo suspirar.
—Muy bien.
Cuarenta y cinco minutos después cuando el jefe de Slytherin y profesor de defensa Tom Riddel llegó a la sala común se encontró con la mitad de la sala charlando tranquilamente en voz baja, a la otra mitad dormitando, repartidos entre los sillones y sofás, y en medio de estos se encuentra Severus leyendo con calma un libro acariciando con su mano libre la rubia cabellera de Bartemius quien secuestró sus piernas para usarlas de almohada.
—¿Hubo una pelea? —preguntó en voz baja no queriendo perturbar el sueño de nadie.
—Casi —respondió el estudiante sin apartar los ojos del libro.
—¿Por?
—No me quedó claro. Un Gryffindor, creo.
—¿Por qué no me sorprende? —suspiró— Veo que controlaste muy bien la situación.
—Claro que lo hice —pasó la pagina—. Pero eso no les quita que son unos idiotas.
—Agradece que solo sean eso, yo lo tuve mas difícil. Cuando estudiaba Gryffindor había declarado guerra total y no pasaba un día sin que tuviera que detener una pelea. Malfoy era el peor de todos.
—Te casaste con él.
—Eso no quita que fuera el peor de todos.
El par de omegas soltaron unas silenciosas risitas cuando Bartemius dio una patada entre sueños golpeando a un medio dormido Avery quien se la devolvió para volver a acomodarse y dormir.
—Supongo que son pequeños sacrificios que debemos hacer para evitar que Slytherin caiga a pedazos.
***FIN***
Esta en una idea que tengo para un libro a parte, lo que leyeron es una versión extendida de lo que sería el primer capitulo, tengo la idea desde antes de crear este libro así que calculen.
Si esta parte tiene 100 vistas, votos y comentarios le hago su libro ¿Qué tal? Yo sé que son capaces.
Escrito: 17/8/2021.
Publicado: 9/9/2021.
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Larga vida al príncipe.
FanfictionPorque nunca hay suficientes historias de Severus Snape.